
“¡Sí, protesto!”, retumbó un ensordecedor coro de la aplanadora supermayoría de los 364 diputados de la llamada cuarta transformación y tomó el control absoluto del Palacio Legislativo de San Lázaro.
Y ya encarrerados, anticiparon que acordaron ya en la Junta de Coordinación Política –que controlarán los próximos tres años que dura la legislatura– discutir y aprobar la próxima semana la reforma al Poder Judicial.
Al rendir su protesta de ley, se comprometieron a “cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanen”.
Apabullaron a la disminuida oposición del PRI y el PAN, y continuaron con la sonora algarabía de “es un honor estar con Obrador” y su celebración de “presidenta”.
Con la más grande mayoría de las últimas décadas, literalmente de la noche a la mañana, Morena se alzó ayer con una bancada de 257 legisladores, después de tener apenas 236 curules el miércoles, con 15 curules del PVEM, que en realidad serán 17 y otras cuatro del PT. “Se están haciendo todavía los ajustes”, aclaró el líder de la fracción guinda, Ricardo Monreal.
Y en medio del hervidero de personas que abarrotaron el salón de sesiones este jueves –entre legisladores, asesores, esposas, novias, familiares, fotógrafos– el zacatecano anticipó, incluso, que la bancada del partido del Presidente podría engrosar sus filas y aumentar sus curules.