La mancuerna perfecta que hizo posible la llegada de Morena al poder para convertirse en un casi “partido único”, se gestó desde finales del 2012. Se trata de la alianza entre el PAN y el entonces recién nacido Morena, donde se juntaron dos almas gemelas, la del compañero presidente Andrés Manuel López Obrador y la de un mercenario de la política, Ricardo Anaya.
Actualmente, Anaya salta a escena cada vez que AMLO requiere de un “palero” para validar sus ocurrencias o iniciativas, como el caso de las consultas públicas y la revocación de mandato.
Anaya simula ser oposición y muy en su papel, “cuestiona” a AMLO y a sus políticas fallidas, pero lo que en realidad hace, es validar sus ocurrencias como el último video que publicó, donde reta a AMLO a poner a consulta obras, caprichos y terquedades.
Así lo propuso Anaya, utilizando las palabras y métodos de AMLO: “A ver, presidente, póngalo a consulta. Deje que la gente decida. Pregúntele a los mexicanos si quieren refinerías o un apoyo para comprar comida y medicinas. Pero claro, sus caprichos, sus terquedades, sus necedades, esas no las consulta, ¿verdad?”.
El tema de las consultas públicas para cuestiones de leyes y políticas públicas no es un tema de interés para Acción Nacional como lo sugieren AMLO y Anaya. El PAN siempre ha privilegiado el debate a través de las instituciones democráticas y representativas como el Congreso de la Unión en apego a la Constitución y no caería, como lo hace Anaya, en el juego perverso de AMLO.
Los videos o declaraciones de Anaya favorecen a AMLO, ya que con ellos opaca -o trata de hacerlo- las posiciones que expresan otros verdaderos opositores comprometidos con los principios básicos de su partido. De hecho, las apariciones de Anaya parecen encaminadas a evitar que los verdaderos panistas sean escuchados.
Anaya traidor
Ricardo Anaya es conocido porque traicionó a sus mentores, entre ellos al exgobernador de Querétaro, Francisco Garrido con quien colaboró como secretario particular; al actual senador y exdirigente nacional del PAN, Gustavo Madero, quien lo hizo diputado federal y dirigente nacional del partido y hasta a Felipe Calderón, quien lo nombró subsecretario de Turismo.
Pero la traición más grande de Anaya es que traicionó al PAN. Como diputado federal, jugó al lado del líder de la bancada del PRI, uno de los innombrables del viejo y caduco partido, Manlio Fabio Beltrones, junto con su amigo, el entonces líder de la bancada de MC y hoy morenista, Ricardo Monreal. Juntos intentaron detener importantes reformas que formaban parte de la agenda panista, en temas de corrupción, energía y política social, siempre bajo la instrucción del entonces líder de Morena.
Como dirigente del PAN hizo lo necesario para frenar la alianza entre el PRI y PRD para la elección presidencial. Jugó con una ingenua dirigente del PRD, Alejandra Barrales y unió fuerzas con otro mercenario de la política aliado de AMLO, Dante Delgado y ya de cara a la elección, Anaya logró romper con una alianza que ya había dado buenos resultados en elecciones anteriores. Dejando, como única alianza la de AMLO con Morena, PT y MC.
Otro ejemplo de los “arreglos” de Anaya en apoyo de AMLO, es la reunión que sostuvo con otro de los mercenarios que alimentan a Morena, el ex líder nacional del PAN, Manuel Espino, quien en 2012 apoyó a Peña Nieto. Sobre su reunión con el chico maravilla, Espino mencionó: “Hoy las Coordinación Nacional de @Ruta5Estrategia estamos dialogando con @RicardoAnayaC Somos un Movimiento Plural que dialoga, analiza y delibera antes de decidir a quién apoyar para la Presidencia de México”.
A la salida de la reunión, el cinismo de estos dos personajes no se hizo esperar, el duranguense comentó sobre AMLO: “no veo a ese hombre peligroso que llegó a señalar como tal Felipe Calderón y el propio Vicente Fox, no lo veo”.
De la alianza entre el neo-morenista Espino y Anaya salieron muchos gobiernos municipales de Morena encabezados por expanistas, como en el estado de México, particularmente en Naucalpan con la expanista Patricia Durán y de segundo de abordo Manuel Espino. La hermana del dos veces alcalde del PAN en ese municipio, José Luis Durán y Espino, dejaron el municipio hecho un verdadero desastre lleno de corrupción, en bancarrota, sin servicios públicos y en medio de una crisis de seguridad.
¿Qué motiva a Anaya además de su perfil de alta traición?
Puede ser que sobre su persona pesan señalamientos por enriquecimiento ilícito. Hay que recordar mediante una red de triangulación de recursos participó en la compra-venta de un terreno por el que se benefició con al menos 40 millones de pesos y en su momento, la PGR anunció que investigaba el caso, así como al empresario que habría orquestado el mecanismo, Manuel Barreiro.
También ha sido acusado por su participación junto con Emilio Lozoya en temas de corrupción en Pemex y Odebrecht. Del primer caso, de lavado de dinero, curiosamente fue exonerado y AMLO, no dice ni pio.
Ahora, al aproximarse la lucha por la dirigencia del PAN, Anaya y su grupo continúan jugando su papel en favor de AMLO.
Anaya y sus compinches no dudan en comportase como talibanes, misóginos al tratar de cerrar el paso a mujeres y a otros importantes nuevos cuadros del PAN, porque al “opositor” Anaya le tiene sin cuidado que su alianza con AMLO llegue a ser el factor que destruya a su partido.