Rusia lanzó ayer ataques aéreos y mató al menos a 250 combatientes ucranios en Járkov, en la zona noreste del país invadido, donde las fuerzas de Ucrania aseguraron haber reconquistado más de 20 asentamientos en las últimas 24 horas, ultimando a más de 300 efectivos rusos y capturando a muchos prisioneros de guerra.

Moscú informó que su ofensiva militar continuará hasta lograr sus objetivos, luego de que el fin de semana anunció un repliegue de Járkov, sobre todo en las ciudades claves de Kupiansk e Izium, para concentrarse en Donietsk. También afirmó que no hay perspectivas de negociaciones.

La aviación y la artillería rusas llevaron a cabo ataques de precisión contra unidades y reservas de las fuerzas armadas ucranias en las que 250 militares murieron, afirmó el portavoz del ministerio ruso de Defensa, Igor Konashenkov. Sus afirmaciones no fueron verificadas de forma independiente.

Se desconoce si la contraofensiva relámpago, en la que según el presidente ucranio, Volodymir Zelensky, sus tropas recuperaron casi 6 mil kilómetros cuadrados, podría indicar un punto de inflexión en la guerra, aunque algunos analistas advirtieron a la agencia Ap que estos combates posiblemente se prolonguen durante meses.

Desde los primeros días del mes, nuestros soldados han liberado 6 mil kilómetros cuadrados de territorio ucranio en las zonas este y sur, y seguimos avanzando, declaró Zelensky, en un video difundido en redes sociales.

El líder de la autoproclamada república separatista de Donietsk, Denis Pushilin, admitió que la situación es difícil en el frente, aunque aseguró que la fuerzas rusas resistían.

El secretario estadunidense de Estado, Antony Blinken, desde México, declaró que las tropas ucranias han logrado progresos significativos y resaltó el apoyo de Estados Unidos y muchos otros países a la nación eslava.