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Mujeres alrededor del mundo están usando la tecnología para poner fin al acoso

por Redacción
11-02-2022

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Hacer las calles más seguras para las mujeres.

Es lo que buscan varios proyectos alrededor del mundo, que están usando la tecnología para cambiar las políticas y acabar con el acoso.

En la ciudad de Glasgow, Escocia, mujeres están recopilando datos sobre sus experiencias de violencia y acoso en las calles.

Se trata de un mapa en línea para que las mujeres lo llenen con informes de acoso, incluido el acecho, la intimidación y la agresión sexual.

"Estaba a unos tres o cuatro pasos detrás de mí e intentó entrar por la puerta de mi casa cuando saqué las llaves", escribe una usuaria, "pero cuando le pregunté qué estaba haciendo y le dije que mi novio estaba adentro, huyó".

El proyecto está dirigido por Wise Women, una red de seguridad comunitaria, y tiene como objetivo identificar los principales lugares donde ocurren los incidentes de acoso.

Dawn Fyfe, trabajadora de desarrollo estratégico en Wise Women, espera influir en los políticos y planificadores urbanos para lograr que la ciudad sea un espacio más seguro para las mujeres.

"Sabemos que el acoso y el abuso de las mujeres está ocurriendo en los espacios públicos", le dijo a la BBC.

"Podemos usar esto para brindar una contribución informada a los enfoques estratégicos de la violencia contra las mujeres e influir en cualquier cambio que se produzca".

Los datos en Glasgow se recopilarán durante tres meses hasta el 1 de marzo, y los hallazgos iniciales se compartirán el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo.

Las mujeres detrás del proyecto esperan que el esquema pueda extenderse e incluso implementarse a nivel nacional en Reino Unido en el futuro.

La agregación de datos geográficos de la gente para crear un mapa digital actualizado, -el llamado "crowdmapping"- ya ha sido usado en el pasado para luchar contra el acoso callejero.

En 2010, un grupo de voluntarias en Egipto creó HarassMap, que permite a las mujeres denunciar de forma anónima incidentes de abuso en espacios públicos.

Una encuesta de la época realizada por el Centro Egipcio para los Derechos de la Mujer indicó que el 83% de las ciudadanas y el 98% de las mujeres extranjeras sufrieron algún tipo de acoso en público.

"Antes de que empezáramos, no había otras personas que vincularan el trabajo comunitario tradicional con el digital en esta área", dice Rebecca Chiao, una de las fundadoras de HarassMap.

"Creo que fuimos las primeras en hacer eso".

Lo lanzaron justo antes de la Primavera Árabe en 2011, que coincidió con un gran aumento en la participación en las redes sociales en todo Egipto que, según Chiao, contribuyó al éxito de su plataforma.

"Solo ver las reacciones de las personas al leer los informes anónimos fue increíble", recuerda.

"Algunos informes eran muy emotivos o gráficos y no era algo con lo que las mujeres en Egipto se sintieran cómodas hablando abiertamente, tal vez con amigos, pero definitivamente no con la familia o públicamente".

"Estaba caminando sola y un obrero no dejaba de llamarme, mirarme y tratar de llamar mi atención. Sus colegas también se reían y me miraban", escribió una usuaria.

Otra informó de una experiencia de exposición indecente e intimidación.

"Estaba caminando a casa por la noche y un taxista se detuvo frente a mí, salió del auto, se desabrochó los pantalones y comenzó a tocarse. Doblé la esquina y fingí entrar en uno de los edificios, y después él pasó lentamente en el auto tratando de ver si había entrado".

Sin embargo, HarassMap ya no recopila informes anónimos porque las leyes en Egipto relacionadas con la recopilación de datos han cambiado.

En cambio, su brazo internacional ahora asesora y apoya la puesta en marcha de plataformas en otros países y comparte su experiencia para lograr una tolerancia cero en el acoso en la esfera pública y en espacios privados.

Chiao dice que una historia de éxito entre las que HarassMap ha ayudado es SafeCity, que comenzó en India y desde entonces se ha expandido a otros países, incluidos Nepal, Kenia y Nigeria.