Inaugurado en 1993, Papalote Museo del Niño cumplió 27 años permitiendo a los niños y adultos tocar, jugar y aprender en sus instalaciones en la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec. Más de 20 millones de personas lo han visitado, pero hoy está en riesgo de desaparecer.
Los cierres por la pandemia por COVID-19 alcanzaron al Museo y no se tienen los recursos suficientes para solventar los gastos operativos.
Es por eso que se lanzó la campaña “Salvemos a Papalote” con lo que se busca recaudar más de 50 millones de pesos. Hasta ahora, desde que inició la campaña, se han reunido poco más de 23 millones 600 mil pesos.
Quién no recuerda haber entrado en recorridos por alguna de sus áreas temáticas; Hay una Estrella en Mí, Mi cuerpo, México vivo, Mi hogar y mi familia, Laboratorio de Ideas y Mi ciudad, o la Sala de Exhibiciones Temporales, la Megapantalla, el domodigital y el jardín exterior que también forma parte de la oferta educativa del Museo.
“Ser cuate es la mejor experiencia que puedes vivir, saliendo un día, de cuate, te quitas la casaca y me encontré unas personas en el Metro y una niña me dice “¡adiós, Alejandro! No sabes lo padre que fue que se acordara de mi nombre y se acordará lo que hicimos en la exhibición”, comentó Alejandro Ramírez, Enlace Educativo Papalote Museo del Niño.
El Papalote tiene además participación en importantes programas como:
Papalote para Todos, que ha permitido que niños de escasos recursos conozcan el museo.
Papalote en Casa, un programa que ha mantenido en contacto al museo con su audiencia en la pandemia.
ABC Papalote, que está dirigido a motivar a los profesores a aplicar el juego en sus clases y desarrollar actividades docentes.
El Museo participa en el llamado Pacto por la Primera Infancia, para ayudar en el desarrollo de los más pequeños.
En colaboración con el programa la Universidad Pedagógica Nacional se logró la certificación de los jóvenes que trabajan en el museo, conocidos como “Cuates”.
Con la pandemia, intentaron reinventarse, con transmisiones a distancia, con cuenta cuentos, ciencia, arte, tecnología y recetas.
Y aunque sus salarios se redujeron a la mitad por la crisis que vive el Museo, están dispuestos a seguir adelante.
“Esa reducción nos ha pasado a todos, es una reducción de un 50 por ciento, pero créeme que todos los que trabajamos en Papalote amamos lo que hacemos porque lo hacemos por los niños / nos hemos mantenido al pie del cañón y trabajando por el Museo para su próxima reapertura”. Alejandro Ramírez, Enlace Educativo Papalote Museo del Niño.
El apoyo de todos indispensables para seguir jugando, tocando, observando y aprendiendo con el Papalote.