Mucho se ha hablado del Rancho de Neverland, perteneciente en vida, al Rey del Pop, Michael Jackson, quien quiso llamarle así en honor al cuento de Peter Pan, uno de sus favoritos, porque 'Nunca Jamás' era la tierra donde los niños podían ser libres y hacer lo que quisieran sin crecer.
Después de la muerte de Jackson, esta mansión estuvo contemplada para convertirse en museo, dada su peculiar decoración con numerosos adornos y estatuas del cuento. En su interior, Neverland contaba con una sala de cine de 150 butacas, un zoológico donde habitaba el elefante que Elizabeth Taylor le obsequió, jirafas, otros animales y su mono Bubbles, quien le acompañó a numerosas giras.
También había un parque temático con una noria, un carrusel, un largo ferrocarril y una montaña rusa. Todas estas instalaciones fueron adquiridas por Jackson para entretener a los numerosos niños con enfermedades terminales que recibía en el rancho por quienes siempre había brindado ayudas altruistas y en su afán por mantenerse próximo a su infancia.
Desafortunadamente, la idea del museo se desechó debido a los escándalos en que la propiedad estuvo inmersa.
La decoración era muy vistosa, a base de antigüedades, porcelana, juguetes, recuerdos y retratos del cantante vestido con sus característicos atuendos.
Sin embargo el cuento de hadas empezó a caerse en la primera década del 2000, cuando fue acusado de abusos sexuales a menores de edad.
El 25 de febrero de 2008, Jackson recibió una notificación de la empresa financiera apoderada del título advirtiéndole sobre la subasta de la propiedad si no cancelaba 24 525 906 de dólares antes del 19 de marzo. La subasta incluía no solo el terreno, sino también los edificios, atracciones y juegos mecánicos, así como obras de arte.
Ése año vendió una parte del rancho por 35 millones de dólares, debido a que el intérprete de Beat it, consideró que ya no sentía a Neverland como su hogar, después de que 70 policías entraran a su propiedad y la profanaran en busca de evidencias durante las investigaciones de conducta sexual indecente por las que se le acusaba en 2005 en medio de los juicios en los que se le investigó por abuso infantil.
Elizabeth Taylor y Macaulay Culkin, amigos cercanos del cantante y a quienes recibió en su rancho en numerosas ocasiones, testificaron en todo momento a su favor afirmando que todas las acusaciones en su contra eran ridículas, posteriormente se probó su inocencia.
Para el 13 de marzo de 2008, Londell McMillan, abogado de Jackson, anunció que se había logrado un arreglo extrajudicial con el grupo privado de desarrollo Fortress Investment, con el que Michael salvaría su posesión sobre el rancho. Antes de llegar al acuerdo, Jackson debía tres meses de atraso sobre la propiedad.
El 11 de noviembre de 2008, Jackson transfirió el título de propiedad del rancho a la empresa Sycamore Valley Ranch Company LLC. De manera inmediata, los vecinos notaron actividad en el rancho, incluyendo el desmantelamiento de las atracciones mecánicas.
Tras la muerte de Michael Jackson el 25 de junio de 2009, la prensa indicaba, entre el 28 y 29 de junio de 2009 que la familia deseaba darle sepultura en el rancho Neverland, para finalmente transformarlo en un sitio de peregrinaje para sus admiradores (similar a lo que sucedió con la mansión Graceland, que se transformó en una visita obligada para todos los fanáticos de Elvis Presley). Sin embargo, el padre de Michael, Joe Jackson, negó estas afirmaciones.
Luego de los escándalos, el valor del rancho se desplomó y en 2019, tras la publicación del documental Leaving Neverland acusaba nuevamente a Michael Jackson de abusos sexuales a menores, el costo del rancho cayó de manera estrepitosa y ahora cuesta sólo 67 millones de dólares. (Llegó a costar 400 millones de USD).