Carmen Maria Machado (Allentown, Estados Unidos, 1986) aún no había cumplido los 30 cuando conoció a la mujer que la atormentaría y maltrataría.
Licenciada en Harvard y de buena familia, se dedicaba a la escritura, hablaba además de su inglés nativo un francés fluido, lucía una coleta rubia y un físico como trabajado en el gimnasio.
Ella, "una morenita con gafas y curvas rayanas en la gordura", criada en el metodismo y ansiosa por experimentar un amor arrebatador —"quería ese deseo de conducir a través de cuatro estados" para estar con ella— no pudo evitar sentirse "como una niña que compra algo con su dinero por primera vez".
Luego se enteró por una amiga en común que le gustaba. Sintió el corazón lanzársele contra la caja torácica. Se le alineaban los planetas.
"Te amo", le dijo un día estando en la cama. "Ni la misma Dios lo podría haber planeado mejor", pensó ella.