
Agoniza el mes de marzo, el mes predilecto de la clase política en el poder para hablar
del Benemérito de las Américas, Benito Juárez García y recordar su legado en las leyes
de reforma, en que se sentaron las bases de nuestro modelo político y económico
liberal y se acotaron a los conservadores, resabios del pensamiento católico virreinal
del siglo XVIII.
Y más en este sexenio, en que el primer mandatario, contradictoriamente más
identificado con el estatismo, se envolvió en el traje juarista para decirnos a los
mexicanos que la cuarta transformación es un nuevo episodio de las batallas que libró
el prócer oaxaqueño contra las élites clericales e intervencionistas europeos que
quería recolonizar a nuestra patria; nada más que ahora, según su visión, el
conservadurismo no tiene que ver con el pensamiento colonizador, moralista y
religioso, sino exclusivamente con el régimen económico neoliberal, que representan
las las élites que han dominado nuestra cultura, educación y sobre todo la economía,
la política y a la sociedad en su conjunto, porque son las culpables de la enorme
desigualdad, esa en la cual apenas un 10 por ciento de la población de mayores
ingresos concentra el 50 por ciento de toda la riqueza que nuestro país genera.
Por eso, su batalla ha sido exclusiva y discursivamente contra ese conservadurismo, y
decimos discursivamente, porque a veces parece ser de dientes para afuera, pues los
ejes estructurales de la llamada cuarta transformación se concentraron en echar para
atrás reformas estructurales de tercera generación, las impulsadas desde el otrora
Pacto por México, aunque con poco éxito, como la educativa y con matices las otras,
porque la principal que debieron haber tocado se fue intacta: la hacendaria.
Una reforma que nos quedaron a deber y quedaron a deber a los sectores más bajos
del estrato socioeconómico, porque a pesar de que en este sexenio se dieron avances
cuantitativos en la recaudación de impuestos de algunos empresarios morosos, aún
nos salen debiendo. El país sigue estando entre los que menor capacidad fiscalizadora,
en donde hay demasiados evasores y siguen muchos morosos, pues estructura
tributaria sigue cargada al consumo y a gravar el salario, cuando debió irse más hacia
los ingresos más altos.
Si hay algo que reclamar a Morena y AMLO es que, al triunfo del 2018, el morenaje y
sus aliados tuvieron todo para convocar a un nuevo constituyente en el cual se
reescribiera un nuevo pacto ciudadano con el fin de que todos viviéramos en un país
más justo, equitativo y con certidumbre ante una oferta transformadora que ofrecía
pagar la enorme deuda social dejada por los neoliberales por 34 años. Tampoco hubo
dicha convocatoria para llevarla a cabo.
Pero si de echar culpas al conservadurismo se trata, ahí están las contrarreformas
eléctrica y la política han sido derrotadas por el Poder Judicial, donde los ministros
han concedido amparos a la inconformidad de afectados por tales decisiones, entre
ellos ciudadanos comunes y corrientes.
Sin embargo, el conservadurismo, según López Obrador, sigue vivito y coleando,
porque sostienen la resistencia los cambios que emprendió y porque quieren regresar
al régimen de privilegios que les dieron los gobiernos del PRI y del PAN.
La triste realidad es que los conservadores reales, los del 10 por ciento que concentra
la riqueza nacional, su posición no ha variado en este sexenio, al contrario, por la
pandemia aumentaron sus capitales según se informó, mientras que los esfuerzos por
llevar recursos públicos a los sectores pobres de la sociedad, han tenido un impacto
bajo y hasta nulo.
Han perdido capacidad de influencia mediática y control de las conciencias; han sido
desplazados del poder político y la presión para nominar a los candidatos que ellos
quieren; pero no se han ido del todo y ya vienen de regreso, porque así como en
México, otras derechas van de regreso en nuestra América, como en Argentina,
Uruguay y Chile, nada más que no vienen solos, sino acompañados de un espectro
social más fuerte y más crítico.
Sin precisar los matices del espectro de los “conservadores” a los que se refiere AMLO,
donde por cierto no sólo están algunos exiliados del FRENAA, sino también hay
liberales natos, socialdemócratas e incluso socialistas, anarquistas y algunos que no
saben definir qué ideología poseen sino sólo defender sus derechos como ciudadanos.
Y es que en eso de no dar explicaciones, aunque discursivamente se diga que son un
“gobierno de izquierda” o “del pueblo”, hasta el momento ninguno de los ideólogos ni
el propio mandatario han dicho qué es lo “no conservador” y qué es lo que ellos dicen
dicen representar, pues en su senado, la 4T alberga tantos o más conservadores del
moralismo, tantos o más conservadores que los neoliberales del prianismo.
Mientras siguen estos vacíos en el debate de las ideologías políticas, la batalla del
presidente contra los conservadores ha sido sin cuartel, todos los días acusa que están
en todos lados donde él y su partido quieren avanzar. Y es que aún con todo lo exitoso
de la marca Morena y la fuerza de su liderazgo, el bloque de los señalados como
conservadores (cuya única identidad común es que son antiobradoristas) han ido
desplegando acuerdos de unidad para que lo que ocurrió en la Ciudad de México en el
2021 se repita con mayor fuerza en el 2024.
Y es que no se espera que para la próxima sucesión presidencial queden con los
brazos cruzados o que no quieran sacar provecho de todos los errores, damnificados y
excluidos de las candidaturas, sobre todo de la ficha que será elegida para empujar la
implosión de Morena.
MARCELO LEVANTA LAS ALAS… Con un libro de su autoría en el cual, según las
reseñas de las plumas de periodistas simpatizantes, marca coincidencias, pero sobre
todo la nueva ruta que debería tomar la 4T, la atención a las clases medias y a
impulsar un boom económico único en la historia. Un mundo feliz que recibió dos
mensajes de los aliados coyunturales Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López. El
más duro contragolpe se registró al momento de escribir estas líneas, sobre su
corresponsabilidad de los 39 migrantes muertos en un albergue de Ciudad Juárez.
Otros muertos más para Ebrard, quien carga sobre sus hombros el del policía federal
linchado en Tláhuac, los 12 jóvenes del News Divine y ahora los migrantes. Habrá de
esperar las respuestas, pues si algo tiene Marcelo es capacidad de sobrevivencia.
GUERRERO, POLVORÍN PEOR QUE ANTES DE LOS 43…. Porque ni la
gobernadora Evelyn Salgado, aliada de Claudia Sheinbaum, ni el gobierno federal han
tomado en serio el hartazgo de habitantes de las zonas norte, sierra y tierra caliente
contra “el estado paralelo” que ha instaurado el crimen organizado. Esta semana han
comenzado a surgir grupos de campesinos inconformes y armados, además de que
circula un video para un levantamiento más fuerte para el 10 de abril, fecha
emblemática del zapatismo.
HOMENAJE PÓSTUMO A RAÚL TREJO PASTRANA… El extinto líder del Frente
Popular Francisco Villa Independiente, “El Minas”, solidario con los padres de los 43
normalistas de Ayotzinapa, con los grupos críticos de la CNTE y otros movimientos
sociales, recibirá homenaje póstumo en el auditorio “La Dignidad y la Resistencia” del
FPFVI en la zona de Guelatao, Iztapalapa.
Contacto: feleon_2000@yahoo.com