RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
Nuevo León es uno de los tres estados con mayor atracción electoral, por todo lo que encierra un proceso como el que habrá de celebrarse el seis de junio próximo. Se trata de una entidad conservadora, con pujante riqueza, con grupos empresariales que apuestan por una transición acorde a sus intereses y que mucho tendrán que ver en la decisión que se produzca en las urnas.
Con todo y su conservadurismo y la presencia de varios de los empresarios más fuertes del país, la derecha no ha podido asentarse en la entidad, salvo una ocasión en que uno de los miembros de ese gran empresariado logró vencer al rancio priismo que subsiste en el estado.
Dos han sido los personajes que lograron sacar del gobierno del estado al partido tricolor, Fernando Canales Clariond, quien ya había participado en una ocasión, siendo derrotado y el impulsivo y alguna vez gracioso Jaime Rodríguez Calderón, conocido como “El Bronco”.
Canales Clariond fue parte de lo que se conoció como grupo Monterrey y aprovechó el desconcierto de finales del siglo XX, después de los sucesos que pegaron fuerte en el corazón y bolsillo de los mexicanos. El levantamiento zapatista, los asesinatos de Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruiz Massieu, así como el error de diciembre, para que doce años después de haber sido derrotado en las urnas, surgir vencedor en una nueva elección. Rodríguez Calderón hizo lo propio, como candidato independiente, el primero y único en la historia del país. Su triunfo como independiente lo consiguió después de su renuncia al PRI, donde militó por varios lustros. Su sorprendente triunfo se dio con una amplia ventaja sobre los candidatos del PAN y PRI, respectivamente.
En la actualidad. La disputa por los votos ciudadanos parece ser se dará entre dos candidatos, el de un priismo que busca repuntar, des esperezarse y mostrar una nueva cara, lavada y fresca que motive a los electores a sufragar en su favor y MORENA, el nuevo partido que importó una refulgente estrella del priismo, Clara Luz Flores, quien militó por años en el partido y comprendió que no sería candidata del tricolor y migró hacia la izquierda.
Adrián de la Garza, el candidato priista es un político de edad mediana que ha logrado conseguir la aceptación de los electores de Monterrey, donde consiguió la alcaldía y repetir en ella, además de dejar una buena imagen como procurador del estado. Clara Luz es una mujer también de mediana edad, abogada que logró la alcaldía de General Escobedo en trienios consecutivos, dejando un grato sabor.
Los dos se consideran expertos en materia de seguridad, uno de los principales temas en el estado, el que se ha visto penetrado y castigado por la guerra de los cárteles del narcotráfico, siendo sus habitantes testigos de una serie de sucesos, los que han disminuido un poco en el actual sexenio.
Nuevo León parecía el escenario ideal para una contienda en tercios o hasta en cuartos, pero aparentemente los otros dos contendientes se han desdibujado el mapa electoral. Inició como gran favorito el senador Samuel García, quien se levantó, contra todo pronóstico, como el triunfador de un escaño en 2018 y se veía como la cara novedosa de la política de Nuevo León. Sin embargo, la inmadurez de Samuel lo llevó a cometer una serie de torpezas en el uso de las redes sociales, donde mostró no tener las herramientas necesarias para alcanzar el gobierno estatal. Sus bonos han bajado considerablemente y su partido el MC parece condenado a no sumar un nuevo gobierno. Fernando Larrazábal es el otro contendiente, propuesto por el PAN, el único otro partido que ha gobernado Nuevo León. El panista que ganó algunos puntos en el pasado por su trabajo como alcalde de la capital, surgió candidato de un proceso interno que dejó heridas que todavía no cierran entre la militancia blanquiazul.
La disputa electoral todavía no inicia y los momios se mueven hacia dos corrientes, aunque habrá que ver si el fuerte empresariado del estado deja pasar a un candidato de la izquierda que acarrea la cultura priista, mezclada con el nuevo partido y que cuenta con una parte que no gusta a muchos y que es la pareja de Clara Luz, el priista Abel Guerra.
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Un grupo empresarial veracruzano logró cerrar la compra de dos millones de vacunas anticovid rusa Sputnik V, las que próximamente estarán en territorio nacional, de acuerdo a la información proporcionada por Alejandro Cossío Hernández, cabeza de ese grupo, quien explicó que en realidad son cuatro millones, por la doble dosis aplicable para 2 millones de personas.
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