Me reuní con un grupo de ex ferrocarrileros, quienes piden recordar al gobierno federal que hace poco más de 20 años, hubo un saqueo cuantioso a la red ferroviaria. El caso parece que quedó en el olvido, o al menos no se ha vuelto a dar información al respecto.
Por eso me pidieron evocarlo, como ofrenda ferrocarrilera a miles de trabajadores que dejaron su vida en la construcción y funcionamiento de la importante red ferroviaria, antes orgullo nacional. Vaya un homenaje con reclamo a las autoridades que puedan informar al respecto. El Secretario de la Función Pública de esos años, Salvador Vega Casillas, allá por el 2010, denunció ante la ex Procuraduría General de la República (PGR) a cinco funcionarios de Ferrocarriles Nacionales de México, en liquidación, por un fraude patrimonial superior a los 1,800 millones de pesos. Habían desmantelado 590 kilómetros de vías de tren en cinco estados del país, con un peso mayor a 52,000 toneladas de acero.
El megafraude fue armado con cuatro empresas: Remetsa, Remesare, Ciclo Aceros y Varios Negocios de Sonora, a quienes entregaron rieles, durmientes, clavos y planchuelas, como si fuera chatarra, aunque en realidad se trató de acero de alta calidad, con valor en esa época por alrededor de 1,800 millones de pesos, cuando el supuesto reclamo de las empresas era por poco más de 10 millones de pesos.
Los Estados donde ocurrió el desmantelamiento de vías fueron Durango, Michoacán, Jalisco, Chihuahua y Puebla, donde además a la fecha se habría perdido, por abandono, el derecho de vía. En aquel entonces era el caso de mayor cuantía denunciado en la historia de la Secretaría de la Función Pública. Los 590 kilómetros de vías férreas útiles desmanteladas equivalían a tres veces la red del Metro de CdMx o siete veces el acero de la Torre Eiffel de París; el daño al país fue gigantesco.