Un movimiento talibán envalentonado supone una grave y creciente amenaza para el gobierno de Afganistán, sigue estando cerca de Al Qaeda y considera que puede volver al poder por la fuerza si es necesario, según un informe del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas publicado el miércoles.
A la espera de quelas últimas tropas estadounidenses de Afganistán se retiren en los próximos meses, el reporte, elaborado por el Equipo de Vigilancia de la ONU, encargado de hacer un seguimiento de las amenazas a la seguridad en Afganistán, presenta un panorama sombrío de las perspectivas de seguridad. Será una lectura incómoda para el gobierno de Biden, que trabaja para poner fin a la presencia militar estadounidense en el país.
Biden se ha comprometido a retirar todas las fuerzas restantes antes del 11 de septiembre, en el vigésimo aniversario del 11-S.
Como parte del acuerdo del año pasado entre el gobierno de Trump y los talibanes, la organización islamista prometió instruir a sus miembros «para que no cooperen con grupos o individuos que amenacen la seguridad de Estados Unidos y sus aliados» como contrapartida a la decisión de retirar las tropas estadounidenses.
La salida de las tropas estadounidenses se produce mientras la violencia
en Afganistán se encuentra en su nivel más alto en dos décadas. Según
el informe de la ONU, 2020 fue el «año más violento jamás registrado por
las Naciones Unidas en Afganistán». Los incidentes de seguridad han
aumentado más del 60% en los tres primeros meses de 2021 en comparación
con el mismo periodo de 2020.