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Pagará México alto costo ambiental con el arribo de empresas

por Redacción
23-04-2023

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Mano de obra barata, tierras a bajo costo, recursos naturales abundantes y tratados comerciales sólidos, dicen especialistas, son frente a los elevados costos de transporte de Asia a Estados Unidos (propiciados por la pandemia de covid-19 y el conflicto armado entre Rusia y Ucrania), los principales atractivos que ven empresas estadunidenses y chinas para trasladar sus plantas de manufactura a México, un fenómeno conocido como nearshoring (relocalización), que ante los ojos del mundo es la última oportunidad de cambiar la estructura económica de nuestro país.

De aprovechar la oportunidad, dicen algunos analistas, México puede impulsar el crecimiento de su producto interno bruto en 8 por ciento en los siguientes seis años, optimismo que comparte el mismo gobierno mexicano; no obstante, señalan otros, detrás hay retos importantes como la seguridad, la incertidumbre en el clima de negocios, el reto de construir una cadena de suministros, la falta de espacios para naves industriales y no menos importante, el duro golpe que representará para el ecosistema del país el arribo de tal cantidad de fábricas.

Sobre este último punto hace énfasis Eduardo Enrique Aguilar, investigador de la Universidad de Nuevo León, quien señala que un proceso de industrialización al grado que se pretende implica depredación de bosques, acaparamiento de agua, colocación masiva de concreto, emisión de gases tóxicos, exceso de automóviles y consumo masivo de energía, entre otras cosas, que implican una intensa degradación del entorno.

El ejemplo perfecto, explica, es Monterrey, Nuevo León, cuya zona metropolitana puede ser catalogada como un “infierno ambiental”, pues al problema de la crisis hídrica se le debe agregar el del aire (en lo que va del año muy pocos días sus habitantes han contado con buena calidad) y ahora el agregado de Tesla, empresa que instalará una megafábrica de baterías de litio sin presentar públicamente ningún estudio de impacto ambiental.

Destacó que el nearshoring implica el uso de grandes recursos, pues sólo por poner un ejemplo, el agua no sólo es necesaria para la fábrica, sino también para toda la infraestructura que requiere un polo de desarrollo, como son fraccionamientos, clústers, hospitales, hoteles, y demás servicios.

Paralelamente a lo ambiental, México enfrenta otros retos, uno de ellos es la escasez de espacio industrial en zonas consideradas como manufactureras. De acuerdo con estimaciones de Santander, en el país hay 57 millones de metros cuadrados de plantas industriales; sin embargo, en la zona fronteriza hay nula disponibilidad y en el resto hay apenas 3 por ciento de espacios disponibles.