RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
La pandemia se ha convertido en un arma electoral que puede funcionar para bien o para mal e influir en los resultados que se obtengan en los comicios federales de 2021 que llevan como premio principal la renovación de la Cámara de Diputados y como postre quince gobiernos estatales.
Eso se comienza a vislumbrar a menos de un año de la realización de los comicios y cuando todos parecemos atentos a lo que sucede con este flagelo, los partidos y sus dirigentes y principales soportes económicos de los mismos, comienzan a apretar tuercas en lo que algunos presentan como la definición del cambio presidencial de 2024.
Y es que hay analistas, observadores, encuestadores y simples apostadores que advierten, por el momento, que las cosas no cambiarán en los resultados que se obtenga en 2021 con relación a lo conseguido en 2018, con un triunfo contundente de los candidatos de MORENA y la impotencia de los demás partidos, teniendo que conformarse con disputar el segundo, tercero, pero viendo además la desaparición de algunos de los organismos políticos que contiendan tanto los de primera vez como algunos que cuentan con el registro.
De acuerdo con esa visión, MORENA tendría el respaldo ciudadano en cuando menos una docena de los 15 gobiernos estatales en disputa y podría mantener el control el control de la Cámara de Diputados con, tal vez, 250 legisladores de los 500 que componen la llamada Cámara Baja.
Esas señales que se observan en la actualidad prendieron los focos de alarma en los otros seis partidos que cuentan actualmente con registro y todavía más en los cinco que posiblemente obtengan el registro para competir en los comicios del año próximo, los que buscan alternativas que frenen esa posibilidad.
De ahí que los nueve gobernadores que forman el bloque que busca cambios tanto en el reparto de los presupuestos, como en la salida del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell y presionan al gobierno federal, serían el arma con que se pretende frenar el avance de MORENA, mediante sus protestas y exigencias.
Y es que en ese grupo se localizan personajes como Enrique Alfaro de Movimiento Ciudadano, Miguel Riquelme del PRI, Francisco Javier García del PAN y el independiente Jaime Rodríguez Calderón, como los representativos del clan que pretende modificaciones que beneficien a sus entidades, en las que habrá elecciones el año próximo, aunque solamente en la de Rodríguez Calderón para el cambio de gobernante.
La pandemia ha dejado saldos fuertes en cada una de esas entidades, ya que la equivocación de los gobernantes en sus decisiones no ha sido ajena a los saldos dejados.
Hasta el momento las equivocaciones han sido tanto en lo federal como en lo estatal por lo que la pandemia ha dejado resultados inesperados, con una presencia más allá de lo presupuestado, razón por la que se decidió el regreso a la “Nueva Normalidad”, sin que ello arrojase resultados positivos. Por el contrario, los contagios no ceden, el número de muertos oscila hacia arriba y debajo de lo que se esperaba y transcurren seis desde la llegada del virus al país.
Es por eso que se prevé un encontronazo el miércoles con el encuentro de la CONAGO, con la participación de los gobernadores de las 32 entidades del país, el Presidente de la República y la mayoría del gabinete en tierras potosinas.
La lucha electoral se encuentra en pleno y eso que faltan poco menos de 10 meses para la celebración de los comicios y menos de un mes para el inicio el año electoral que puede significar el regreso de los partidos minoritarios, aunque la mayoría advierte el mantenimiento del partido en el poder.
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Será cierto que en Hidalgo Manlio Fabio Beltrones y el gobernador Omar Fayad establecieron un acuerdo para pavimentar el camino de Canek Vázquez a la alcaldía de Pachuca, quien contendería con los colores de MORENA. El acuerdo llevaría implícito que el PRI postulará un flan, como comparsa para que Canek, el hijo político consentido de Manlio gane la elección.
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