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¿Para qué sirven las emociones?

por Redacción
25-02-2022

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Las emociones son importantes, útiles y necesarias. Nos sirven para alertarnos de nuestras necesidades y obstáculos, y así poder generar las conductas necesarias hacia el logro de nuestros objetivos.

Las emociones han jugado un papel determinante a lo largo de nuestra evolución para nuestra supervivencia.

La raíz de la palabra emoción es motere, el verbo latino “mover”, además del prefijo “e”, que implica “alejarse”. En las emociones existe una tendencia hacia la acción.

Las emociones generan reacciones a nivel biológico.

Ira: Nos prepara para defendernos ante situaciones de amenaza. El ritmo cardíaco se eleva, aumenta el nivel de adrenalina y la sangre fluye a las manos, con esto resulta más fácil golpear y actuar vigorosamente.

Miedo: Nos prepara para huir, la sangre se va a las piernas y el rostro queda pálido porque deja de circular la sangre en esa zona. El cuerpo se paraliza aunque sea solo un instante para dar tiempo a determinar si esconderse es la mejor reacción. El cerebro desencadena un torrente de hormonas que pone al organismo en alerta, haciendo que se prepare para la acción y la atención se fija en la amenaza cercana.

Felicidad: Aumenta la actividad del centro nervioso que inhibe los sentimientos negativos y favorece un aumento de la energía disponible. El cuerpo se recupera más rápidamente de emociones desconcertantes. Ofrece descanso general, buena disposición y entusiasmo para cualquier tarea que se presente.

Amor: Se despierta el sistema parasimpático “respuesta de relajación”, brinda calma y satisfacción facilitando la cooperación.

Sorpresa: Las cejas se levantan y permite un mejor alcance visual y también que llegue más luz a la retina. Esto ofrece más información sobre el acontecimiento inesperado y así poder idear el mejor plan de acción.

Disgusto: El labio superior retorcido a un costando mientras la nariz se frunce ligeramente es un intento de bloquear las fosas nasales para evitar un olor nocivo o escupir un alimento perjudicial.

Tristeza: Ayuda a adaptarse a una pérdida significativa. Produce una caída de la energía y el entusiasmo por las actividades de la vida, hace más lento el metabolismo del organismo. Este asilamiento introspectivo crea la oportunidad de llorar por una pérdida o una esperanza frustrada, de comprender las consecuencias que tendrá en la vida de cada uno y mientras se recupera la energía planificar un nuevo comienzo. Esta pérdida de energía puede haber obligado a los primeros humanos entristecidos a permanecer cerca de casa en donde estaban más seguros.