¿Te has preguntado por qué elegimos malas parejas? No cabe duda de que a todos nos ha sucedido una duda de este tipo. Y es que parecería que, aunque tenemos frente a nosotros una larga lista de opciones de personas con las cuales solemos escoger a los peores candidatos para hacerlo. Esto provoca que, en muchos casos, los vínculos que tenemos con la gente terminen en situaciones de caos y malestar. A veces simplemente sabemos que no somos compatibles, pero aún así nos enfrascamos en la idea de que la relación debe funcionar.
Incluso cuando parece que hay muy buenos candidatos que cumplen una serie de requisitos para hacernos felices, a veces seguimos optando por la gente que nos lastima o nos deja de querer, y nos dan claras señales de esto que aprendemos a ignorar.
Sin embargo, parecería que el estar conscientes de este patrón no es motivo suficiente para cambiarlo. ¿Qué dice la psicología al respecto?
La teoría psicológica que explica por qué elegimos malas parejas
De acuerdo con la psicología, el tipo de parejas que elegimos para mantener relaciones sentimentales está estrechamente vinculado con nuestra infancia.
Por eso, durante nuestra vida solemos buscar personas que de alguna forma u otra nos recuerden a la sensación de amor que recibimos cuando éramos niños. El problema es que esto pocas veces se compone por exclusivamente buenos momentos, muestras de cariño y ternura y amor incondicional. En muchas ocasiones el amor de la niñez también está permeado por peleas entre nuestros padres, sensaciones de no ser suficientemente buenos, amor por una persona débil o pensamientos de que no podemos mostrar nuestras emociones frente a las personas que nos quieren. Lo peor de todo es que, aunque algunos recuerdos de la infancia pueden ser muy claros, otros se quedan en el inconsciente.
Así es como, sin saberlo muy bien, podemos quedarnos con parejas que, aunque no necesariamente sean buenas para nosotros, sí nos brindan una sensación de conocido y de familiar. Esto se vuelve grave cuando las personas asocian el amor con el maltrato, por ejemplo. En estos casos, alguien puede rechazar a muchos candidatos positivos, con tal de quedarse con quien la hace sufrir, porque esta es la idea de amor que conoce. Ahora ya tienes una idea de por qué elegimos malas parejas, pero ¿qué podemos hacer al respecto?
¿Cómo modificar esta conducta?
Lo complicado es que en muchas ocasiones, cuando a una persona se le aconseja que deje a una pareja tóxica (así puedes identificarla) y busque a alguien más, parece que la solicitud es imposible de cumplir. ¿Cuántas veces no nos quedamos mucho tiempo con alguien que nos lastima?
Ante esta realidad, los psicólogos concluyen que es muy complicado modificar lo que esperamos del amor desde la infancia, pero sí se puede trabajar con educar la manera en que reaccionamos a los estímulos que nos rodean. Es decir, si nuestro patrón es estar con gente con problemas de ira, y tolerar su maltrato porque de niños nos quedamos callados cuando nos gritaban, entonces será difícil que cambiemos por completo ese patrón, pero sí podremos trabajar en que la próxima vez que alguien nos grite, nosotros sepamos defendernos o hablar con claridad para evitar arranques de ira.
Lo ideal, según los expertos, es alcanzar un punto de comunicación y madurez que nos permita trascender los patrones de atracción que existen en el inconsciente y que vienen desde la infancia. Para esto, lo más recomendable es asistir a terapia y encontrar maneras para dejar de reaccionar como hacíamos cuando éramos niños y comenzar a crear patrones de adultos maduros. Esto no significa que debamos terminar todas las relaciones que tengamos en donde existan problemas de personalidad, pero sí es una recomendación para reaccionar ante ellos de formas comprensivas y maduras.