Hoy se inicia una nueva Legislatura en la historia del país, y con ella, vamos a refrendar nuestra aspiración de profundizar la vida democrática del país, el cambio de régimen, la transformación de las instituciones.
Durante décadas, hemos luchado por tener un Gobierno del pueblo, para el pueblo, alejado de la frivolidad, del lujo, de la ostentación, de la corrupción. Hoy lo tenemos.
Durante décadas, hemos luchado por tener un Presidente honesto, sobrio, austero, sensible. Hoy lo tenemos.
No sólo han pasado tres años, sino que hemos plasmado en la Carta Magna, los principios que en el 18 llevamos a las urnas y que hoy son letra viva, derecho vigente en nuestro país.
Plasmamos la lucha sin tregua contra la corrupción, sin distingo, sin excepción, sin cuartel, con firmeza.
Plasmamos también una auténtica política de Estado: la austeridad republicana, y logramos un viejo anhelo, que es la separación del poder económico y del político. Nunca más la subordinación del primero al segundo, ni del segundo al primero.
Siempre el Estado público será preferente. Nunca los poderes fácticos podrán sobreponerse ni situarse por encima de la Presidencia de la República.
Sepultamos la mal llamada reforma educativa y dimos paso a un instrumento consensuado con maestros y maestras. Nunca más se les humillará a los trabajadores del magisterio; nunca más el trato despótico y arbitrario contra los maestros.
Y plasmamos en la Constitución el proyecto más ambicioso de la historia de México en materia de política social: protegimos a los desvalidos, a los desprotegidos y a los humillados; ahora es derecho vigente.
Logramos transitar hacia mejores estadios de desarrollo para los trabajadores. Establecimos normas constitucionales y legales, para la recuperación del poder adquisitivo, del reparto de utilidades, de las pensiones, de la libertad sindical y de sus derechos.
Logramos avances sin precedente en materia de igualdad y equidad de género. Logramos reconocer a los afromexicanos.
Logramos y plasmamos en la Constitución, un sistema de salud y un sistema de seguridad social de los más avanzados en la historia de México.
Logramos mejorar los esquemas de procuración y administración de justicia.
Logramos recuperar la rectoría en materia energética y en materia alimentaria.
Logramos todo esto en 56 artículos de la Constitución modificados en estos tres años, la mitad del camino.
Por eso nadie puede negar que vivimos un proceso de transición política pacífico. Nadie puede negar que somos producto de ese proceso pacífico.
Ustedes mismos que forman parte de este Congreso, nadie puede negar que provenimos del movimiento más importante de la historia moderna de México, Morena; que logró concitar universos distintos, ideologías y credos que irrumpió de manera notable en el ámbito político electoral.
Por eso al escucharlos con respeto, no emití ninguna expresión. No puedo sino concluir, no podemos admitir sus denuestos, sus insultos, sus descalificaciones.
No podemos admitir sus discursos de odio, de rencor. No podemos admitir sus discursos arrogantes y soberbios.
No podemos de ninguna manera admitir todo ese tipo de expresiones que los sitúa en caminos y callejones sin retorno.
No, no es así. Tienen que aceptar que Andrés Manuel López Obrador ha sido el Presidente más honesto en la historia reciente del país.
No pueden negar que Andrés Manuel ha sido el hombre más íntegro y el que le ha dado más horas a su patria en su atención y en su función.
No pueden negar que es el Presidente que se atrevió a sacudir el esquema del poder económico por encima del político.
No pueden ustedes negar que Andrés Manuel López Obrador se sacudió de la vieja parafernalia de los privilegios del poder.
Miren ustedes, gritan y pían como vulgares; nosotros los respetamos y ustedes no son capaces de escuchar nuestra verdad. Escuchen a los pollos inocentes del agravio y del rencor.
Pero vamos más allá. El Presidente logró no convertirse en rehén de la lisonja, del cinismo, de la hipocresía.
Tengan claridad en lo que hay. Deben aceptar que se equivocaron con sus presagios perversos y oscuros. México es una nación de pie.
Ni llegaron las confiscaciones, ni las expropiaciones, ni las nacionalizaciones arbitrarias y abusivas. Nunca llegaron, nunca se destruyeron los mercados y nunca se ha debilitado el peso frente al dólar.
No hay nuevos impuestos y no se ha adquirido deuda pública alguna que endeude más al país, como ustedes lo hicieron.
Seamos claros y contundentes: no hay razón de evadir el debate.
El bloque opositor, cuyos discursos he escuchado con respeto, fue el responsable de gobernar los últimos 100 años. Apenas hace tres años ellos dominaban todo: dominaban las Cámaras, dominaban los poderes, dominaban los estados, dominaban los órganos autónomos y dominaban la vida pública del país.
¿Y saben qué nos heredaron?
Miseria, saqueo, robadera. Nos dejaron un país en ruinas, hecho pedazos, esa es su herencia, eso es lo que recibimos de ustedes. Por eso, no puedo sino extrañarme de tanto cinismo que expresan sin pudor.
Ustedes tuvieron 100 años gobernando: nosotros llevamos tres, tres años. Y por eso, deberían aceptar que el Presidente López Obrador ha sido un buen Presidente.
Deberían quitarse la venda del odio y del rencor, para hablar con objetividad y serenidad. No les toca actuar con tanta arrogancia, si ustedes son los responsables de la destrucción de nuestra nación; deberían ser más moderados y más sensatos en sus calificaciones, porque la historia no se los va a perdonar.
Nosotros queremos que quede muy claro: un Estado social, nuestra prioridad es la educación, la salud, el empleo, el medioambiente, las pensiones, la seguridad. Lo hemos hecho en estos tres años.
Fijamos las bases sólidas para una nueva República, en estos tres años lo hemos logrado.
Y, por cierto, no, lamentablemente no actúan como oposición responsable. No pueden ustedes hablar con tanto cinismo, no pueden ustedes actuar con tantos excesos, porque van a terminar por arrollarlos.
Sí, somos un movimiento único y vamos a refrendar y vamos a luchar con unidad, que no les extrañe que coincidimos con el Presidente de la República y su agenda prioritaria; claro que sí, porque somos de un mismo origen.
Y rechazo que haya una obediencia ciega, porque las reformas constitucionales, si no se aprueban por ustedes, no hubiesen sido aprobadas.
En todas las reformas hubo aportaciones de la oposición. Nos sentamos, dialogamos, discutimos y aprobamos, no es válido que actúen maniqueamente como aquí lo expresaran sobre la pandemia sanitaria.
Ciento dos millones, total de vacunas; 102 millones, la mayoría de ustedes, salvo los que tienen avión privado, se han vacunado con vacunas del Gobierno, se han vacunado con vacunas del sector público; por eso para nosotros ha sido una estrategia adecuada.
No, en los refugios para mujeres y niñas víctimas de violencia no se suprimió el presupuesto. Lean y no sean maniqueos.
En el 19, 360 millones; en el 2020, 405; en el 2021…
¡Hey!, les duele que les diga su verdad, arrogantes y soberbios.