Desde las filtraciones de Guacamaya liks y las tenebras de radio pasillo, los detractores del presidente se han dado vuelo con el rumor de un presidente enfermo y cansado. Vine a la memoria colectiva imágenes de mandatarios haciendo alarde de salud y fortaleza al estilo Putin, sin camisa (y con photoshop) montando un oso en Siberia, López Portillo jugando tenis descamisado, Peña y Salinas corriendo maratones o Zedillo con casco en bicicleta.
Andrés Manuel es otro estilo, si acaso se toma la foto macaneando rolas de beisbol por jardín derecho o paseando a sus nietos en la comodidad de pants y camiseta. Lo suyo no es precisamente demostraciones de fortaleza física.
¡Ah! Pero, si de fortaleza y de vitaminas hablamos, lo que es muy suyo son las multitudes, las marchas y los mítines, ahí es donde el presidente muestra músculo y le pese a quien le pese, lo hace extremadamente bien. En domingo se dará una sobredosis de vitamina popular.
A su edad y con los rumores de enfermedades a cuestas se sacudirá los infundios y marchará al frente de miles de sus seguidores que lo apoyan y vitorean como pocas veces se ha visto a un mandatario a estas alturas de su administración. Esa es la fortaleza que vale y el presidente llega a su cuarto año con gran respaldo y aprobación popular.
Es cierto que hay voces importantes en contra y ejercicios democráticos que manifiestan una oposición existente y actuante, pero ante ello, el presidente responde haciendo notar su gran aceptación.
Bien dicen que una imagen vale más que mil palabras y la foto de mañana, con un zócalo pletórico, mostrando la euforia de miles de mexicanos a quienes le ha sabido llegar y les ha podido ofrecer un panorama diferente, callará bocas y reposicionará nuevamente la balanza en su favor.
Nunca fue buena idea querer enseñarle el padre nuestro al señor cura y quien piense en competir con el presidente mediante manifestaciones públicas se topará irremediablemente con pared.
POR JOSÉ LUIS CAMACHO ACEVEDO
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MAAZ