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Primero Los Niños

por ALLAN M. REIDER
03-06-2024

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¿Quién no pueda separar los temas de adultos con el bienestar y la paz de los niños durante un proceso de divorcio, vendrá de una infancia de carencias?, ¿de maltrato?, ¿de abusos que nunca se atendieron ni sanaron?, ¿y encuentran en el divorcio, el momento de sacar esa ira?, ¿ese dolor?, ¿ese coraje?, ¿perdiendo la noción del daño y el trauma que quedara de por vida para esos menores de edad que llegaron al mundo con un alma limpia y pura, amando a los padres de la misma manera por naturaleza? Hemos visto que, en gran parte de los divorcios, los niños son el botin, el factor clave para golpear al padre o madre, tenga uno o el otro, o los dos padres, la culpa de la terminación de la relación del matrimonio. Pocos adultos tienen la madurez y la visión clara de mantener a los niños a salvo, alejados del su pleito. El rol del hombre, como padre de familia, que en estas nuevas generaciones se ha involucrado más en la crianza de sus hijos, es el objetivo a destruir por parte de algunas mujeres, sin saber que quienes salen más lastimados y afectados son los propios hijos. Hoy, con tantos estudios sobre los daños que ocasionan estas acciones, todo el apoyo que hay para sobrellevar estos procesos tan complejos y difíciles para todos, es muy difícil de procesar y entender cómo, algunas personas adultas no puedan aislar del pleito y poner a salvo a los menores de edad, que no pueden entender porqué cambió su entorno y su vida de una forma tan radical. En vez de pedir ayuda a profesionales, se dejan llevar por su coraje y enojo sin darse cuenta del daño a los sentimientos y la seguridad de los niños. Independientemente de las diferencias entre los adultos, ningún padre o madre tiene el derecho a nulificar al otro, ante los hijos, ya que ambos son igual de importantes, necesarios y valiosos para ellos y jamás de debe de olvidar que son hijos de los dos. Negarse a una terapia profesional para la pareja, por parte de la madre, para poder tener un espacio de expresión, reflexión y tratar de entender este nuevo formato de vida que, si no se atiende a tiempo y en forma, seguramente generará traumas e impactos no justos ni deseables para los hijos, seguramente muy difíciles de reparar. Al no poder comunicarse la pareja, por negación de alguna de las partes, se comete el gravísimo error de involucrar a los niños como “mensajeros” entre el padre y la madre, generando una presión y una tensión innecesaria, confundiéndolos sobre qué está “bien” y qué esta “mal” o con quién deben de quedar bien y con quién hacer equipo…. 

En personalidades con un trastorno, donde no buscan proteger a los hijos como prioridad, el alcohol también suele estar presente para nublar la realidad y la nueva vida de esta “familia”, sin tener 

la mínima consciencia de que los niños están muy perceptivos y consciente de todo el entorno y de las acciones de sus padres, sin ni siquiera estar conscientes de la peligrosa relación entre el alcohol 

y los niños, bajo esas presiones y fragilidad. En una dinámica de papás divorciados, generalmente cada padre tiene espacio para poder hacer sus actividades personales y ahí llevar a cabo cualquier 

tipo de actividad, ¿por qué mezclar el alcohol con los hijos presentes? Siendo parte de esta experiencia, lección de vida, tropiezo, caída, transformación, momentum o lo que sea, aparte del dolor tan profundo y la 

impotencia de querer salvar a los niños, siempre hay una mejor forma o una forma más sana de transitar por este cambio, sobre todo para niños tan chicos e indefensos que solo sobreviven con 

sus pocas o nulas herramientas.Me siento con el deber moral, la obligación y el compromiso de levantar la voz y la mano, tratando de generar conciencia de que #PrimeroLosNiños. 

¡Los temas de adultos no son de NIÑOS, los adultos toman sus decisiones, deciden sobre sus temas, sobre sus acciones, y triste y desafortunadamente los niños NO!

Asimismo hago un llamado a las autoridares, en especial a los juzgados de lo familiar para que se apeguen a los lineamientos para que los niños estén protegidos bajo un esquema de igualdad con 

la madre y el padre.