Para blindar la reapertura de escuelas y lograr un regreso a clases más seguro, infectólogos y médicos proponen la implementación del “Modelo de queso suizo”, instrumento que suma varias capas de protección personal y social con las que se podrá reducir y controlar brotes de COVID-19 en las aulas.
Este esquema de protección prioriza la ventilación de espacios y medición de dióxido de carbono en lugares cerrados.
El infectólogo, Francisco Moreno detalla que la idea principal es que se abran las puertas y las ventanas para que haya ventilación.
Otras medidas son: concientizar a padres de familia que la escuela empieza en casa para que puedan reconocer síntomas y evitar que niños enfermos vayan a clases, además del uso correcto de cubrebocas.
Un KN95 es el mejor, pero es mucho más útil que quede cómodo y que quede bien ajustado que tener uno de alta eficiencia, lo que sí hay que evitar son los cubrebocas tejidos y los que tienen válvula”.
Carol Perelman, divulgadora de la ciencia
El distanciamiento dentro y fuera del salón de clases y separar a los diferentes grados escolares en “burbujas fijas”, también es importante.
“El distanciamiento incluye el evitar aglomeraciones en el recreo, en la entrada, en la salida”.
Francisco Moreno, infectólogo
Los especialistas resaltan la importancia de hacer una división entre los grados escolares.
“Hace que cuando tengamos un caso positivo podamos llevar a casa a observación a una cuarentena de tres a cinco días para ver si hubo o no contagio en el salón, y entonces tomar las siguientes medidas, pero no tengo que suspender a toda la escuela completa”.
Carol Perelman, divulgadora de la ciencia
Finalmente, el modelo incluye:
Constante higiene de manos con jabón y agua, en su defecto gel antibacterial
Autoridades y padres de familia deben vacunarse
Se debe realizar la aplicación regular de pruebas para detectar casos positivos
“No se están aplicando vacunas para los menores, entonces la mejor protección es vacunándonos los que sí ya podemos vacunarnos”.
Carol Perelman, divulgadora de la ciencia
El infectólogo Francisco Moreno propone crear en las escuelas una figura denominada “Zar de COVID-19”, un encargado de monitorear la salud de la comunidad académica y de las familias de los alumnos, para detectar a tiempo brotes del virus.
“El Zar tiene que saber cuál es la burbuja, quiénes la integraron, quiénes estuvieron en contacto, va a ser mucho más fácil para el Zar conocer todos esos datos si mantenemos grupos pequeños, si el niño estuvo en contacto con todo el colegio es muy difícil rastrear a estos casos, esta es la forma de evitar que haya un brote epidémico en escuelas”.
Francisco Moreno, infectólogo
Con estas sugerencias según los expertos, se puede procurar un entorno seguro para alumnos y personal docente.
“Los colegios no son promotores de la epidemia cuando se usan medidas de prevención, sabiendo que tenemos una alta transmisión comunitaria en varias regiones del país, es aún más importante que las medidas sean estrictas”.
Carol Perelman, divulgadora de la ciencia