José Luis Camacho Acevedo.

Ayer en México fueron celebrados dos eventos de carácter social.

Por una parte. los trabajadores del Poder Judicial de la Federación tomaron las calles de las principales ciudades de la república protestando por la pretensión de los poderes legislativo y ejecutivo de desaparecer 13 fideicomisos que les afectarán de una manera directa en sus patrimonios.

La protesta de los trabajadores del mencionado poder no debe medirse en cantidad, sino en calidad.

Además de defender sus derechos y su patrimonio, los trabajadores del Poder Judicial también representaron una actitud patriótica al defender la División de Poderes en México.

Una república democrática, sin contrapesos en sus instituciones fundamentales, es una república que camina inexorablemente a la dictadura.

Mientras esa protesta ocurría tratando de defender derechos y principios, en Palenque se llevó a cabo una Cumbre de países expulsores de migrantes para tratar de encontrarle solución a ese muy complejo problema social.

Se pregunta el diario español El País:

“¿Cómo llega México a la cumbre latinoamericana por la migración?: los datos apuntan a una crisis sin precedentes.

El país superó en agosto su récord de detenciones, mientras que las asociaciones y ONG de la sociedad civil consideran que la política debe virar a facilitar el tránsito de los refugiados en México.

México llega a la cumbre sobre migración con los presidentes latinoamericanos y del Caribe que se celebra este domingo en Chiapas en una crisis sin precedentes. Las cifras que maneja el Instituto Nacional de Migración (INM) han roto los récords históricos. En agosto de 2023, últimos números disponibles, se produjeron 83.725 detenciones, más que en cualquier otro mes de la época reciente. El actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, según las oenegés, no ha superado con éxito la difícil misión de mejorar las condiciones de tránsito o estancia en el país, lo que ha envuelto a los migrantes a una espiral de violencia y falta de derechos básicos.

La difícil papeleta de López Obrador este domingo en la cumbre de Palenque es la de buscar una respuesta conjunta para reducir el flujo de personas que cruzan Centroamérica y llegan a México.

Las cumbres han tenido regularmente el mal fario de celebrarse, firmar compromisos entre las naciones asistentes, y, finalmente, no ver cumplidos los compromisos fundamentales de esos acuerdos.