Por Jesús Sánchez, periodista independiente // jesama55@gmail.com
A ver si es cierto.
Hace casi un año, ante la crema y nata del sector empresarial mexicano, se
dio a conocer el Plan de Infraestructura de la 4T, que de la mano con la
iniciativa privada tenían en perspectiva desarrollar mil 600 proyectos, leyó
bien, mil 600 proyectos de inversión para contribuir al desarrollo económico
nacional. Ahí nomás.
Esto ocurría semanas antes de los tamales de chipilín a cambio de la compra
anticipada de boletos para la rifa-no rifa del TP-01, todos sonrientes y
felices. En aquella ocasión, Carlos Slim, Rogelio Zambrano, Roberto Hernández,
Eduardo Tricio y Manuel Romo, entre otros ilustres del brazo de Alfonso Romo, presumieron
una cartera de 147 proyectos que en conjunto representaban unos 42 mil millones
de dólares. Lo primero que no cuadró fue que se dejó para después el paquete
del sector energético y de salud y… a la fecha nada de nada.
Sabemos, aunque algunos no lo reconozcan, que antes de la pandemia la
economía ya mostraba signos de estancamiento que se confirmaron con el
crecimiento cero de aquel año.
A pesar de los malos números de 2019, el buen ánimo se notaba, tanto que el
presidente destacó que el Plan de Infraestructura entre el gobierno y la IP
demostraba que no había diferencias con el sector. Ajá.
El mensaje fue conciliador: “El gobierno es de todos los mexicanos, un
gobierno de todas las clases sociales, de todos los sectores económicos, de
todas las religiones, de creyentes y de no creyentes, representamos a todos”.
¿Qué paso después? Aunque le echaron toda la culpa a la pandemia, el Plan
de Infraestructura quedó congelado, ni para atrás ni para adelante.
La película en blanco y negro la puede platicar Carlos Salazar Lomelín, dirigente
del CCE, a quien batearon incontables veces muy a pesar de las propuestas que
hizo la IP para enfrentar los efectos perniciosos de la pandemia.
El calvario empezó en abril de
2020. La IP presentó un decálogo para enfrentar la crisis derivada de la
pandemia y reactivar la economía y el empleo; en mayo fueron más al fondo e
integraron 68 ideas económicas contra la crisis y formularon un llamado a la
unidad nacional. Pero nada.
En agosto, Morena -con la batuta de Alfonso
Ramírez Cuellar-, prometió junto con el sector privado a elaborar otro
decálogo, del que no vimos ni sus luces.
Supimos luego que al señor de Palacio no gustaron los moditos de los
empresarios para resolver la crisis. ¿Ton´s?
La realidad. Según el INEGI la
Inversión Fija Bruta cayó en el segundo trimestre de este año 33.2 por ciento, en
mayo había tocado fondo, -38.4 por ciento, récord negativo en los últimos 23
años. El cierre del PIB para 2020 es estimado en -12 por ciento y no se
sorprenda, este será un sexenio perdido en materia económica, atribuido a las
decisiones de política económica.
En septiembre los empresarios hablaron de que hacía falta una nueva
dinámica de colaboración entre la IP y el gobierno para impulsar la recuperación.
Y parece que sus ruegos fueron escuchados.
Aunque usted no lo crea, este lunes se repetirá la historia de hace casi un
año, Carlos Salazar por el CCE y Antonio del Valle, del Consejo Mexicano de
Negocios, acudirán a Palacio para convalidar una nueva versión del Plan de
Infraestructura que quedó flotando en la nada.
Hasta no ver
Ya se verá en qué términos se da el anuncio, pero hasta no ver no creer.
Los escenarios posibles y probables indican que podríamos conocer sólo
generalidades en proyectos carreteros, transporte, turismo, agua (remember
Chihuahua) y hasta energéticos, frenados el año pasado por el propio gobierno.
Alfonso Romo ha reiterado lo obvio, que la inversión privada es la que
tiene que sacar al país de la crisis. Pues sí está convencido de eso, como es que
no ha hecho el suficiente para convencer a quien toma las decisiones.
Con la pena pero una cosa dicen y hacen otra, como en el tema de la reforma
a las pensiones que no resultó como la propuso el sector privado.
El tema energético es fundamental sobre todo ante la expectativa de que en
2021, Pemex empuje al país a perder el grado de inversión con graves consecuencias.
Ojalá y ahora si vayan en serio y dejen de perder el tiempo en shows
mediáticos, porque si no garantizan la reactivación económica, este sexenio
será el peor de la era moderna.
Columnómetro de Aquiles
Baeza.
1.- “La promoción del conflicto, del
rencor y la revancha como herramienta de gestión y rating suele
ser una manera muy riesgosa para ejercer el poder cuando se aplica a una
sociedad desesperada.”
Sabia
reflexión de nuestro amigo Gerardo René Herrera en su artículo Estado de
Derecho y Conflictividad Social
publicado en El Semanario sin límites.
2.- Son tantos los frentes abiertos
por la 4T que ninguna mañanera alcanza para darles salida.
*El nuevo show, la consulta popular con una pregunta que nadie entiende.
*Los109 Fideicomisos que masacrará Morena en San Lázaro esta semana.
*Choque con el gobernador de Chihuahua por el conflicto del agua.
*Agenda propia de los gobernadores de la Alianza Federalista.
*La generación de nuevos empleos no alcanza a resarcir las pérdidas de
puestos de trabajo.
*El cierre de empresas continúa, sobre todo en el sector restaurantero.
*El plantón de FRENA en el Zócalo.
*Ajustes en el gabinetazo. Renuncia en puerta de Alfonso Durazo para
participar en la campaña electoral por Sonora y los pésimos resultados en
seguridad.
*Resultado de la encuesta que define al presidente nacional de Morena.
*Factor externo. Elecciones presidenciales en EUA.