El pulque es una de las bebidas más emblemáticas y populares de México. Su consumo se remonta a ceremonias importantes de las civilizaciones prehispánicas, y aunque se trata de una bebida que permanece hasta nuestros días, también se le ha catalogado como símbolo de pobreza y sinónimo de poco refinamiento. Aquí te contamos un poco de la historia y origen de la también llamada bebida de los dioses, para que lo disfrutes al doble la próxima vez que te tomes un curado.
obre el origen de la palabra pulque, se puede decir que proviene de un vocablo de las islas del Atlántico que significa “podrido” y que fue usado por los españoles como peyorativo para el octli, de origen náhuatl, que es el nombre original y se refiere exclusivamente a la bebida embriagante y a los rituales en torno a ella, como refleja el Gran Diccionario Náhuatl de la UNAM. Sobre el origen de la bebida, las doctoras en Antropología, Patricia Fournier García y Lourdes Mondragón Barrios, en un artículo publicado en la revista Arqueología Mexicana, identifican la preparación de la bebida "desde finales del Preclásico (antes del año 100 a.C.) en el centro de México, a partir del hallazgo de cántaros y ollas en los que se piensa que transportaban el aguamiel, y que, por los tiempos de traslado, éste se fermentaba y se volvía pulque, o bien por la presencia de instrumentos de piedra que pudieron ser utilizados para raspar el maguey para que emanara la savia.
La antropóloga y periodista Sonia Iglesias y Cabrera explica en su artículo El pulque, la bebida de los Dioses, cómo fue que a través de la adopción de costumbres de los pueblos conquistados, la cultura azteca comenzó a rendir culto a la bebida producida en el centro de México y a los efectos de embriaguez que la acompañaban. Como se puede apreciar en el Códice Laud, los aztecas retomaron fuertemente en su tradición religiosa a la figura de Mayáhuel, la diosa del maguey mixteca, y la de Patécat, el dios de la medicina y del peyote, quienes "crearon juntos el pulque", y que adquirieron un significado místico y ritual para el grueso de los pueblos mesoamericanos.
Los aztecas también preservaron el culto hacia algunas deidades huastecas relacionadas con la embriaguez y el pulque, como los Centzon Totochtin (cuatrocientos señores conejos), quienes son los "guardianes" de esta bebida, ya que según la tradición huasteca, los seres humanos descubrieron el pulque gracias a esos animales. El consumo del pulque era considerado digno de los dioses y constituía un símbolo ritual de carácter político y religioso. Su consumo estaba restringido a los sacerdotes, a la nobleza y a los ancianos; sin embargo, en algunas fiestas y ceremonias el consumo de éste era permitido incluso para los niños, explica Iglesias.