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¿Qué es la musicoterapia?

por Redacción
19-01-2022

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La musicoterapia es una terapia consistente en usar el efecto que producen los instrumentos musicales en una persona y cómo esta responde a la música para estimular en ella cambios positivos en su estado de ánimo y en su bienestar en general.

Qué es musicoterapia: concepto:

La terapia musical incluye toda creación musical con instrumentos de todo tipo, así como cantar, bailar o simplemente relajarse escuchándola.

La música puede activar todas nuestras áreas cerebrales simultáneamente y es precisamente por esto que su uso en terapia es muy útil, pues tiene efectos tanto a nivel emocional, como cognitivo y físico.

La Asociación Internacional de Musicoterapia da la siguiente definición de lo que debe entenderse por musicoterapia:

«Musicoterapia es la utilización de la música y/o de sus elementos (sonido, ritmo, melodía y armonía) por un musico terapeuta cualificado, con un paciente o grupo, en un proceso destinado a facilitar y promover comunicación, aprendizaje, movilización, expresión, organización u otros objetivos terapéuticos relevantes, a fin de asistir a las necesidades físicas, psíquicas, sociales y cognitivas. La Musicoterapia busca descubrir potenciales y/o restituir funciones del individuo para que él/ella alcance una mejor organización intra y/o interpersonal y, consecuentemente, una mejor calidad de vida, a través de la prevención y rehabilitación en un tratamiento”.

¿Cómo se aplica la musicoterapia?


Un musico terapeuta no es un profesor de música y tampoco es una persona que tenga una amplia formación musical, sino que es, ante todo un terapeuta. La musicoterapia no es una educación musical, ya que la música en sí no es el fin, sino que es el medio terapéutico que se utiliza para obtener unos efectos beneficiosos de bienestar y salud en un individuo.

Para ello, la musicoterapia puede realizarse de las siguientes maneras, dependiendo de la experiencia musical que se necesite:


  •     Improvisación: Es el mismo paciente el que crea y compone su propia música mientras canta o toca el instrumento que se le dé.
  •     Recreación: Aquí es el paciente el que canta una canción o toca una pieza musical que ya está compuesta, ya sea de memoria o bien leyendo la partitura que se le da al paciente.
  •     Composición: Aquí el paciente compone una canción o una pieza musical, basándose en estructuras musicales conocidas.
  •     Escucha: En este caso el paciente escucha música grabada o en vivo y esto es suficiente para producir efectos beneficiosos en él.


Así mismo, es importante que elijamos la música adecuada a la consecución de los objetivos que queremos conseguir en la terapia, teniendo en cuenta que toda pieza musical está compuesta por las siguientes partes:


  •     El tiempo: Los tiempos lentos transmiten calma, seguridad, relajación, bienestar y paz, mientras que los tiempos rápidos son más excitantes y movidos y transmiten acción, movimiento y energía.
  •     El ritmo: Estos pueden ser tanto lentos como rápidos, produciendo estos últimos una mayor actividad motora, mientras que los lentos llevan al paciente a la quietud, la relajación y la calma.
  •     La armonía: Se produce cuando suenan varios sonidos que han sido elegidos de forma intencionada y a la vez. Unos sonidos tendrán un efecto muy diferente a los demás y esto es lo que hay que tener en cuenta según lo que se quiera producir en el paciente.
  •     La tonalidad: Los tonos más altos son alegres, vivos y graciosos, y provocan la extraversión de las personas, mientras que los tonos más bajos favorecen la introversión del paciente.
  •     La altura: Las notas agudas nos despiertan y nos sacan de los estados de apatía y cansancio; mientras que las notas graves suelen producir estados de tranquilidad y calma.
  •     La intensidad: Esta debe regularse en función de la sensibilidad de cada persona, adaptándola a cada persona concreta.
  •     La instrumentalización: Es muy importante saber qué instrumentos musicales elegir, pues los instrumentos de viento suelen producir alegría, subida de ánimo y diversión; mientras que los de cuerda producen una conexión emocional muy potente y densa y los de percusión producen un fuerte ritmo que incita a la acción, a la diversión y al movimiento.