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Qué es un mioma y cómo tratarlo

por Redacción
29-03-2022

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Un mioma es un tumor benigno que se origina en el tejido muscular del útero y que puede producir presión en la vejiga -con la consiguiente necesidad de ir al baño con frecuencia-, aumento de sangrado, reglas largas de más de una semana de duración y dolor menstrual (dismenorrea), dificultad para la gestación, abortos de repetición, estreñimiento, dolor pélvico, lumbar y abdominal que puede molestar en las relaciones íntimas, e incluso, según el tamaño, aumento del volumen abdominal. Así lo explican especialistas en Ginecología del grupo sanitario Ribera.

Muchos miomas son asintomáticos, pero cuando los síntomas interfieren en la vida de las mujeres, los especialistas plantean a las pacientes la necesidad de tratarlos. Su aparición está relacionada con el aumento de la actividad hormonal, por ejemplo, tras los embarazos o tratamientos de fertilidad, aunque no siempre el origen está ahí.

En cualquier caso, la sintomatología, el tamaño y la ubicación del mioma determinan el tratamiento a seguir, que puede ser hormonal; quirúrgico (miomectomía o histerectomía), con una intervención convencional o laparoscópica pero con anestesia general; y con radiofrecuencia.

Esta última es una técnica novedosa, una alternativa poco invasiva y recomendada para muchos de los miomas, que se lleva a cabo en centros sanitarios como. No daña el miometrio, no deja cicatriz y se realiza por vía vaginal en todos aquellos miomas de menos de 10 centímetros. Como no requiere anestesia general, aunque sí una leve sedación para evitar molestias a la paciente, esta puede irse a casa el mismo día de la intervención y hacer vida normal el día después. Este tratamiento, supervisado por ecografía, consiste en la introducción de una aguja dirigida por la vagina, que está conectada a un generador de radiofrecuencia, que emite calor en la punta y quema el mioma desde dentro. Con esta técnica, se pueden tratar varios miomas a la vez y se eliminan, siendo reabsorbidos por el cuerpo de la mujer poco a poco.

La intervención por radiofrecuencia tiene una duración aproximada de 40 minutos y no produce dolor ni hemorragia. Tan solo es necesaria una revisión ginecológica de control, pasados unos meses del tratamiento.