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¿Qué hacer con los derrotados?

por Felipe León López
12-09-2023

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Las dos grandes coaliciones que buscan la presidencia de la República llegaron a la fase final de sus procesos y prácticamente quienes resultaron ganadoras asumirán las coordinaciones de sus propias estrategias de campaña y, paralelamente, las obligadas operaciones cicatriz que deben trabajarse con los actores derrotados.

 

Dos acciones que, hasta la última sucesión presidencial de 2018, se depositaba en los elegidos, pero, ahora, habrían tomado un giro distinto a lo que marca la historia, porque, de no ocurrir lo contrario, serían los aparatos de partidos los que decidirían qué hacer con los proyectos de gobierno y, sobre todo, con derrotados, así tales decisiones no sean compatibles con los proyectos ni con las ideas de las futuras candidatas.

 

En los dos bloques, tanto en el de Morena-PT-Verde como en el PRI-PAN-PRD se han colocado varios candados que podrían atar de manos la capacidad operativa de las candidaturas presidenciales en marcha y, peor aún, el cariz ideológico-político que quisieran darle las candidatas a sus proyectos de gobierno y hacerlas más atractivas a los ciudadanos que quieren acercar.

 

En cuanto a la coordinación de sus campañas habrá de leer lo que ayer difundió el Consejo Nacional de MORENA en el sentido de que quien asuma la coordinación de la Defensa del Proyecto de Transformación, que parece ser decantada victoria para Claudia Sheinbaum, también deberá firmar el respeto al proyecto de nación 2024-2030, esté como esté (el cual, por cierto, le faltan aún dos semanas por concluir y hasta ahora no sabemos qué resolutivos han tenido).

 

Sobra repetir lo que el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó este día en el sentido de que entregará el bastón de mando a quien resulte ganador de la encuesta de su partido, lo cual podría ser mañana mismo.

 

A pesar de que ya no tendría ninguna autoridad institucional ni la investidura presidencial, la ceremonia de transmisión de poderes no sería de entregar la titular del Poder Ejecutivo federal, sino la entrega del “bastón de mando” a quien gane la encuesta. ¿O sea? ¿Ya decidió la elección? ¿Ya anunció que seguirá mandando a quien lo releve en el cargo por encima de la Constitución, de la democracia y la división de poderes e incluso por encima de su propio partido que, según su dirigente, habría de conocerse hasta el 10 de septiembre?

 

En el caso del Frente Amplio por México (FAM), las dirigencias del PAN y PRI, principalmente, son las que manejan toda la estructura de campaña de Xóchitl Gálvez, ya ungida como triunfadora del proceso interno, le han ido imponiendo personajes para manejar el contenido de su gobierno: primero, colocar a José Ángel Gurría como el coordinador de su proyecto económico, fiel representante de la tecnocracia neoliberal que fue reprobada desde hace mucho tiempo; o que parezca burla que el ex gobernador Francisco García Cabeza de Vaca sea el encargo de diseñar la estrategia de seguridad pública. Y, lo que es el colmo de lo absurdo, desde ayer en medios electrónicos estamos escuchando de nuevo al impresentable ex presidente Vicente Fox promocionando la campaña del PAN dizque para jalarle votos a Xóchitl.

 

De las operaciones de cicatrización se antojan con complejidades distintas en ambos grupos. Para el FAM y Xóchitl Gálvez no habría mayor problema, porque su corazón es tan amplio y tan pragmático que caben desde un neoliberal Enrique de la Madrid hasta una nacionalista revolucionaria como Beatriz Paredes, un constitucionalista como Santiago Creel o un transgresor de la ley y la decencia como varios de sus promotores que no cabría citarlos. Además, siendo una candidata que tiene que remar cuesta arriba, pues prometer no empobrece.

 

Por ahora la operación cicatriz con sus aliados está caminando, si a ella como representante del PAN ganó la presidencial, tocará al PRI y PRD pelear por la nominación para el gobierno de la CDMX y algunas otras posiciones para las cámaras de diputados y senadores.

 

Cuestión muy diferente para Claudia Sheinbaum, pues mañana podría recibir el bastón de mando, el 10 de septiembre asumir oficialmente la coordinación y, según ha trascendido, pasada la noche del “Grito de Independencia” Marcelo Ebrard fijará su posición y sobre el nuevo rol a jugar en la sucesión presidencial que, dicho sea de paso, nos aseguran, no es la ruptura con Morena.

 

Los reacomodos con los otros derrotados serán muy importantes para que Sheinbaum avance rumbo a la victoria y entre esos estará el de Adán Augusto López Hernández y Ricardo Monreal, a quienes deberá tratar con filigrana pues se trata del hombre más cercano al actual presidente y el senador que tendría la clave para retener la CDMX, respectivamente. Y, como compromisos de partido, pues tendría que decidir qué hacer con aspirantes del PVEM  y del PT, pues el primer partido le significan de 4 a 5 puntos del total de la votación y el segundo entre el 2 y 3 por ciento.

 

El 28 de abril, Andrés Manuel López Obrador, inició la operación cicatriz teniendo presente a las principales corcholatas. Les explicó la trascendencia del momento histórico, de la línea de continuidad que habría triunfar por encima de los nombres e intereses personales. Todos los presentes aceptaron las reglas y con ello vinieron después las renuncias a sus cargos públicos y de elección popular. Para la próxima cita, que aún no tienen fecha definida pero se cree sea el 16 de septiembre, el mandatario tendrá el poder presidencial, pero para entonces, como marca la regla, habrá un nuevo liderazgo en ascenso y con ello si la cicatrización fue efectiva, se esfumarán todas las especulaciones, si no, habrá efectos para bien y para mal de la candidatura oficial.

 

 

+ Los votos de Marcelo… Hace tiempo han ido migrando con Xóchitl y eso puede acelerarse una vez pasado el proceso interno, así Marcelo que levantar la mano a Claudia. Simplemente el voto antiAMLO desde la 4T y el voto antiAMLO desde la oposición se está concentrando en su candidatura y, si los estrategas de Morena no lo han detectado, podrían pecar de ingenuidad.

 

+ La CDMX en momento de definición… Si Xóchitl ya va a la candidatura presidencial, el PRI y PRD deberán definir quién sea el o la candidata. Pero los aceleres están al día en los equipos de Adrián Ruvalcaba (PRI), Alfa González (PRD), Sandra Cuevas (PRD), Lía Limón (PAN) y Santiago Taboada (PAN). En el lado de Morena mucho ruido sigue generando Omar García Harfuc, a quien las bases morenistas ven como “otro Mancera” y que esta semana La Jornada le dedicó una primera plana.