Javier Corral, el gobernador saliente de Chihuahua siempre mostró una postura controversial y contrario a la posición oficial, sea de su partido el PAN, del PRI o de Morena. En ocasiones pudo ser propositivo, como cuando formó parte de la “Alianza de gobernadores Federalistas” donde exponía la necesidad de repensar el federalismo y establecer compromisos encaminados a fortalecer el carácter institucional en transparencia y combate a la corrupción.
Sin embargo, en la décima visita de AMLO y posiblemente la última siendo Corral el gobernador, la situación cambió y se pudo ver a un gobernador preocupado y servil frente al presidente.
Con su discurso en la mañanera del lunes, tal parece que Javier Corral o bien, le debe algo -y muy grande- al compañero presidente, ya que no dudó en ponerse de tapete, dejando de lado no solo al partido que lo postuló, sino al pueblo de Chihuahua, o bien, teme que llegue la venganza por una sucesión fallida en el estado.
¿Gobernador y Presidente o compañeros camaradas?
Corral agradeció a AMLO como persona, no como Jefe del Ejecutivo Federal, porque gracias a él la población se ha vacunado, se ha combatido la corrupción, se han otorgado apoyos a la población “pobre”; incluso, igual que AMLO, cuestionó a los medios y finalmente, dejó claro que abandonó su posición como panista por la del cambio propuesto por el compañero presidente: “Esto resulta fundamental para poder transitar, dejar de lado la confabulación de intereses, la exacerbación de ánimos, para analizar los propósitos y objetivos que plantea un proyecto como el del gobierno de López Obrador, sin que esto signifique una claudicación; muy por el contrario, para que la oposición sea lúcida, para que sea inteligente y para que, cuando sea necesario, se una a impulsar los cambios que este país necesita”.
El tema no es generar mayor polarización, sino promover la pluralidad, porque las visiones únicas llevan a gobiernos autoritarios. Con su discurso Corral traicionó a su pueblo, y a los ideales de su partido y se convirtió en uno más de los patiños del compañero presidente, de los que sirven de escenografía para favorecer de la imagen del camarada Andrés.
AMLO en su campaña a la presidencia participó en un mitin en Delicias, donde mencionó que Chihuahua “es un pueblo muy grande para tan poco gobernador”. Quizá el tiempo le dio razón.
Chihuahua
Corral, al intentar que la sucesión en el estado lo favoreciera se comportó de forma similar al mandatario federal, durante 2020 el gobernador se fue con todo en contra de quienes consideró sus enemigos, principalmente contra el senador de Morena, Cruz Pérez Cuéllar, actual presidente municipal electo de ciudad Juárez y contra la panista y actual gobernadora electa, Maru Campos.
A los dos los acusó de estar vinculados con su antecesor César Duarte, quién actualmente se encuentra detenido en Miami. Demandó al Poder Legislativo a través de la Fiscalía del Estado por el desafuero del morenista Pérez Cuéllar para ejecutar una orden de aprehensión girada en su contra por la acusación de recibir sobornos de manos del exgobernador. Sin embargo, la Sección Instructora del LXIV Recinto de San Lázaro determinó como no procedente la solicitud.
A cuanto a su correligionaria Maru Campos, la acusó de cohecho pasivo por supuestamente haber recibido nueve millones de pesos del exgobernador César Duarte cuando era diputada al congreso local.
La prosecución que Corral pretendió hacer en contra de César Duarte, con acusaciones y procesos que no llegaron a ningún fin, como en el caso de Lozoya, liberado de la cárcel de España y gozando de plena libertad en México, parece similar al caso de Duarte que fue detenido en Miami en 2020 y a partir de ahí el gobierno de AMLO solicitó su extradición.
Pero todo indica que ni Corral ni AMLO quieren que llegue a México por alguna razón, por el temor de lo que vaya a surgir de ese proceso o de quiénes resulten involucrados.
Y como AMLO dice, que “su pecho no es bodega” en relación con el proceso de extradición de Duarte mencionó “originalmente, se debe de tener en cuenta, se hicieron mal todos los documentos, toda la acusación y la solicitud de extradición, hasta de manera, se piensa, deliberada”. Por cierto, quien inició el proceso, pues fue su administración.
Algo debe haber en este asunto que AMLO y Corral no quieren que trascienda. AMLO abundó sobre el tema de Duarte diciendo que “entonces, se repuso el procedimiento porque lo solicitó el gobernador de Chihuahua y se arregló para que se hicieran bien las cosas, de acuerdo con el marco legal para no dejar vacíos o no permitir la impunidad de México”.
Pero el caso es que el exgobernador ya lleva más de un año detenido y la celeridad que se tuvo para repatriar a Lozoya y evitar que “cantara” en España, no se ve en el caso Duarte, porque al parecer es más conveniente que se quede en Estados unidos.
Un detalle más, este lunes en la mañanera “casualmente” no participaron la gobernadora electa, Maru Campos, ni el alcalde electo de la capital, Cruz Pérez Cuéllar como ocurrió en otros estados.
El casi exgobernador Corral hizo tan mal las cosas que, de acuerdo con el ranking de aprobación de los ejecutivos locales de México Elige, ocupa un nada honorable último lugar. La pregunta es ¿De qué tamaño será lo que habrá hecho para abandonar sus principios y estar en deuda con AMLO?