Puedes tener buen sexo, disfrutar de los besos, del contacto con la otra persona, sin que siempre signifique un orgasmo; pero cuando lo consigues, tu cuerpo experimenta una serie de cambios, además de muchas sensaciones increíbles.
- Tu ritmo cardíaco se acelera, como si hicieras ejercicio cardiovascular, por lo que ayuda a cuidar tu corazón.
- Liberas oxitocina, la hormona de la felicidad y amor, que es responsable de provocar las típicas contracciones del orgasmo.
- Funciona muy bien como analgésico, por las hormonas liberadas en el proceso. Por eso, ya no puedes aplicar la típica frase “hoy no porque me duele la cabeza”.
- Durante un momento, tu cerebro hace una pausa, logrando relajarse por completo.
- Al terminar, se elevan los niveles de prolactina que disminuyen la libido y causan la saciedad sexual.
Y todo eso ni siquiera lo notas, porque toda tu concentración está en el placer que sientes.
Un orgasmo es un tsunami de sensaciones, que no siempre llega con facilidad; ahora imagina lo que pasa con los orgasmos múltiples : doble placer, doble trabajo. ¡Pero sí son posibles!