José Luis Camacho Acevedo
Independientemente de si el país esté en severas crisis económicas y financieras, ningún presidente de México deja de estar sujeto a la sabia conseja que reza así: “el recurso más escaso que tiene un Presidente de la República es el tiempo”.
Está muy claro que las herencias malditas del pasado inmediato, o sea las que le dejó AMLO, como son las mañaneras o las reuniones del gabinete de seguridad todas las madrugadas, son de muy poca utilidad para la presidenta de México.
Recuerdo que, siendo secretario de Gobernación, Don Fernando Gutiérrez Barrios, al filo de las 5 de la mañana, recibía el reporte de seguridad nacional, lo revisaba con cuidado, lo corregía y, de ser necesario, lo complementaba para que estuviera a primera hora en las manos del entonces presidente Salinas de Gortari.
A partir de ese reporte se tomaban decisiones y no había necesidad de tener a funcionarios “tecolotes” (que no dormían ni las horas elementales para que mantuvieran lucidez en su trabajo) haciéndole al Tío Lolo en Palacio Nacional cuando, como decía el inmortal Salvador Novo, son horas en que el músculo duerme.
Y de igual manera le quitan tiempo a la presidenta los funcionarios heredados por el de Macuspana (Zoé Robledo, Martí Batres, el inefable Octavio Romero, entre los más distinguidos), porque lejos de ayudar con eficiencia y discreción, parece que “trabajan” pensando en los reflectores y no en apoyar a la presidenta para que tenga tiempo de atender asuntos de suma urgencia como, por solo citar dos casos, el de la nueva relación con Donald Trump y el sacar a Pemex del hoyo financiero en que lo dejó el agrónomo Octavio Romero.
PEMEX está al borde de la quiebra. Incluso de una eventual desaparición.
Dos Bocas produce un petróleo con una salinización muy por arriba de los estándares permitidos y la deuda heredada es monumental:
PEMEX es una de las empresas más endeudadas del mundo. Para 2023, su deuda supera los $100 mil millones de dólares, una cifra que ha crecido de manera exponencial en la última década. La empresa enfrenta costos operativos elevados, una carga fiscal desproporcionada (que representa alrededor del 70% de sus ingresos) y una producción de petróleo en declive. En 2023, la producción de crudo de PEMEX ronda los 1.5 millones de barriles por día, muy por debajo de su máximo histórico de 3.4 millones en 2004.
Además, PEMEX ha sido calificada como «especulativa» por agencias como Moody’s y Fitch, lo que refleja su alto riesgo crediticio. La empresa depende en gran medida de los rescates financieros del gobierno mexicano, que en los últimos años ha inyectado miles de millones de dólares para evitar su colapso inmediato. Sin embargo, estas medidas son insostenibles a largo plazo. (REconsquet)
Y habrá que considerar también el tiempo que le quitan a la primer mandataria gobernadores problema e inútiles como Rubén Rocha Moya, Indira Vizcaino Silva, o Ricardo Gallardo Carmona, de San Luis Potosí, quien por cierto dedica su tiempo a la precampaña de su esposa para que lo suceda en el cargo.
Ojalá y muchos gobernadores y funcionarios se apegaran al sabio consejo de que mucho ayuda el que no estorba.
EN TIEMPO REAL.
1.- El subsecretario de Turismo, Sebastián Ramírez, encargado directamente por la presidenta Sheinbaum del programa para la recuperación de Acapulco, tendrá un gran apoyo en el experimentado guerrerense José Luis González de la Vega.
2.- Los dirigentes del fantasmal Frente Cívico, se quedaron con las ganas de sumar en sus escuálidas filas al sonorense Manlio Fabio Beltrones. El nativo de Villa Juárez, unido a Pedro Joaquín Codwell, Dulce María Sauri, Beatriz Paredes y otros cuadros de primer nivel PRI, están integrando una verdadera oposición a Morena.
3.- Marcelo Ebrard no para. Instruyó a José Ignacio Aguado y a Marlon Martínez para instalar el Comité de Abasto Privado en Situaciones de Emergencia. Se esperan pronto resultados concretos de esta innovación.