José
Luis Camacho Acevedo.
Ayer
por la mañana volví a escuchar, nuevamente, dos cansinas y sobadas manifestaciones
antilópez Obrador, mismas que por reiterativas y previsibles, no me causaron
mayor sobresalto pensando en la estabilidad social de México en estos momentos
de agudas crisis sanitarias y económicas.
Los
intelectuales que protestan porque, a su leal saber y entender, el presidente
López Obrador está acabando con la democracia en México, por generalizaciones
como las siguientes, generalizaciones que lo mismo pueden aplicar a países como
Venezuela o los Estados Unidos, preocupan en tanto que representan a una parte
de nuestra circulo más docto.
Transcribo
dos párrafos de la carta que en defensa de la democracia mexicana hacen algunos
intelectuales, la mayoría de ellos poseedores de una excelente condición de
vida dado su nivel económico, que son especialistas en inscribirse en las
minorías de abajofirmantes, las que se piensan algo así como la conciencia
nacional:
“Invocando una supuesta cuarta transformación
menoscaba las capacidades del gobierno, toma decisiones unipersonales, polariza
a la sociedad en bandos artificiales, desacredita la autoridad de los órganos
especializados como el INE y ataca toda forma de expresión que no se
identifique con su visión política”
"Contra la deriva
autoritaria y por la defensa de la democracia", en el periódico Reforma, señala
que en 20 meses el presidente Andrés Manuel López Obrador ha provocado la
“asfixia” del pluralismo porque somete al poder legislativo, al tener Morena
mayoría en el Congreso, y su gabinete.
Quienes firman acusan a López Obrador de destruir y deteriorar la
administración pública; de tomar decisiones unipersonales; desacreditar a
institutos autónomos; despreciar a la ciencia, a las mujeres y a la cultura.”
¡Ufff
y recontra Ufff!
Otra
vez lo mismo que vienen publicando los abajo firmantes desde el siglo pasado
contra los gobiernos en turno.
La
otra nota a la que me refiero tampoco fue algo que me sobresaltara, pero sí me
hizo pensar seriamente en la calidad de algunos “opositores” que hay en México,
y el peligro que sus mentes desquiciadas y sus delirios de liderazgo, provoquen
serias confusiones entre la sociedad, sobre todo en tiempos de especulaciones a
causa del Covid.
Ciro Gómez Leyva entrevistó al “liderazo” del
FRENNA y la verdad que fue imposible que entre el comunicador líder de la radio
y Ricardo López Cordero lograran contener con razones la diarrea verbal de
Gilberto Lozano.
El
ultra atacó sin venir al caso a uno de los pocos priístas respetables que le
quedan al tricolor como es Manlio Fabio Beltrones.
Ciro
le reconvino a Lozano el que se metiera de manera artera y sin argumentos
válidos contra Beltrones.
Pero
Lozano estaba encarrerado y le valieron sombrilla los llamados a la mesura que
le hacían tanto Ciro como Ricardo.
En
su columna de ayer Federico Arreola hace una descripción, entre política y
psicológica, de la personalidad de Lozano que no tiene desperdicio:
Desde
el título:
Ciro, ¿entrevistar a un
fanático, no emocionalmente estable y nada democrático?
Y
posteriormente una narrativa del peligroso perfil psiquiátrico de Lozano que ya
no deja lugar a comentarios sobre quién es y qué representa este tipo para las
causas democráticas de nuestro país:
“Conocí a Lozano hace unos 25 años —yo como
director de Milenio con
oficina en Monterrey— cuando Carlos Salazar,
entonces director de la Cervecería Cuauhtémoc, harto de los desequilibrios
emocionales de Lozano lo marginó de la operación. El hoy líder de Frena era
el director de Recursos Humanos de esa empresa y no hacía
caso a ninguna indicación de su jefe: se sentía intocable porque presumía una amistad
cercana con quien era el presidente del consejo, José Antonio El Diablo Fernández.”
“…En aquella época el grupo empresarial Femsa, que
controlaba a la Cervecería, adquirió a los Rayados del Monterrey, y Carlos
aprovechó la circunstancia para sacar a Gilberto Lozano de la compañía
productiva sin tener que indemnizarlo y, desde luego, para que no siguiera
causando desfiguros que costaban productividad y dinero: Salazar nombró a
Lozano administrador de los Rayados, el más querido equipo de futbol de la Sultana del Norte que
trataba de renacer después de que quedó herido de muerte por los manejos
irregulares que había realizado el anterior propietario, el banquero, creo que
todavía en la cárcel, Jorge Lankenau, que en paz descanse.”
“…Los diarios cuestionamientos terminaron por volver
loco a Lozano. Recuerdo que lo hablé con Carlos Salazar y le exigí que lo
sacara de los Rayados del Monterrey y lo regresara a la Cervecería Cuauhtémoc.
De plano, me resultaba muy difícil aguantarlo. Gilberto iba con frecuencia a mi
oficina y me ponía muy de malas. Un día hasta tuve que echarlo de fea manera.
Carlos me dijo que por ningún motivo él iba a volver a trabajar con Lozano.
Por fortuna, como verdaderamente enloqueció —el futbol enferma más que la
política—, El Diablo Fernández se desesperó, ya no lo
aguantó y lo corrió.”
¡Y
con esos bueyes tenemos que arar en medio de la pamdemia!
En
tiempo real
1. Interesante análisis que hace el Dr. Ernesto
Villanueva sobre lo que se publicó que lo que sucedió el pasado 8 de junio,
cuando la Gaceta Oficial de la Ciudad de México la Ley del Secreto Profesional
del Periodista y cláusula de conciencia para el ejercicio periodístico en la
Ciudad de México. A primera vista pudiera parecer un avance en la protección de
las libertades de expresión e información, pero si se analiza el contenido se
puede concluir que es exactamente lo contrario. Existen, por supuesto,
elementos que me permiten sustentar mi afirmación anterior.
2. – El presidente Andrés Manuel López Obrador y
el gobernador de Guanajuato, Diego Sinhué, se comprometieron a dejar de
“echarse la culpa” y trabajar coordinadamente contra la inseguridad en esta
entidad, una de las más violentas de México, una situación que hasta este
miércoles había llevado a ambos mandatarios a manifestar sus diferencias
públicamente.
3. El regreso de Emilio Lozoya a México abre la
puerta para conocer el destino de 10.5 mdd que Odebrecht inyectó ilegalmente a
México y conocer nombres de otros involucrado en los sobornos.
Pueden salir
nombres de panistas, priístas e incluso perredistas.
Foto: Lozoya