Una recesión en Estados Unidos suele conducir a México también a una contracción económica y ese sería el caso si se confirma la caída que espera el mercado para el país vecino a fines de este año, coincidieron estrategas de BWC Capital y Franklin Templeton.
De acuerdo con el director de análisis e investigación de BWC Capital, Jacobo Rodríguez, en los últimos años, el principal motor de crecimiento para México ha sido externo, guiado por exportaciones, manufacturas y remesas.
Es de esperarse que en la eventualidad de un deterioro en las condiciones económicas de Estados Unidos, la desaceleración se reflejará directamente en México en una menor demanda externa y un suavizamiento del flujo de remesas, coincidió el vicepresidente de inversiones en Franklin Templeton, Luis Gonzali.
En lo que no concuerdan los expertos es en el diagnóstico sobre las condiciones que tiene México para recibir el impacto. Gonzali considera que el flujo de inversiones que están llegando a México por el tema del nearshoring (esfuerzo de empresas por acercar la producción de las cadenas de valor hacia el mercado final), puede ser un amortiguador que ayudará a tener una recesión “mucho más somera que en las dos ocasiones previas (2020 y 2009)”.
Rodríguez estima que “si se desacelera EU, el impacto a la economía mexicana será importante porque no hay catalizadores internos que amortigüen”.
“Hemos visto indicadores de inversión contrayéndose en 3 y 3.5 años. El consumo es un motor importante de crecimiento para México, pero también los choques inflacionarios llevan a pensar que estamos desacelerando. No hay una variable local que pueda evitar que sea más agresivo el impacto”.