El Banco de México recortó su tasa de interés en 25 puntos base hasta dejarla en 4 por ciento con el fin de proveer de liquidez a los mercados y tras dos últimos anuncios de política monetaria sin cambios.
La Junta de Gobierno del Banco de México tomó esta decisión por unanimidad tras analizar los riesgos para la inflación, la actividad económica y los mercados financieros.
Esta resolución es la séptima rebaja de la tasa de interés desde la llegada del COVID-19 al país, ya que hasta marzo de 2020, cuando la pandemia de coronavirus empezó a tener graves efectos económicos para México, los tipos estaban en 7 por ciento.
La tasa de referencia no se ubicaba por debajo de 4.25 por ciento desde junio de 2016.
El emisor destacó para retomar la senda bajista que “la actividad económica en México mejoró durante el cuarto trimestre a un ritmo ligeramente mayor al previsto, si bien permanece por debajo de los niveles previos a la pandemia, en un entorno incierto y con riesgos a la baja”.
El Producto Interno Bruto (PIB) mexicano se contrajo 8.3 por ciento en 2020, su peor desplome desde la Gran Depresión de 1932.
El regulador aceptó que las expectativas de la inflación general para el cierre de 2021 aumentaron ligeramente y las de mediano y largo plazo se mantuvieron estables en niveles superiores a la meta de 3 por ciento, si bien remarcó la corrección de este rubro en los últimos meses.
“La inflación general anual se redujo de 4.09 por ciento en octubre, su mayor nivel del 2020, a 3.54 por ciento en enero de 2021, mientras que la subyacente disminuyó de 3.98 por ciento a 3.84 por ciento”, señaló.
Con todo, el Banco de México pronosticó aumentos en la inflación general en el segundo trimestre de 2021, asociados principalmente a los efectos de la reducción en los precios de los energéticos del año pasado, y una trayectoria decreciente a partir del segundo semestre.
El regulador consideró que la trayectoria de la inflación es incierta debido a “riesgos de corto y de mediano plazo”.
Además, enfatizó que los bancos centrales de otros países “reiteraron su intención de mantener posturas monetarias acomodaticias por un periodo prolongado” y la buena reacción de los mercados financieros globales “ante la expectativa de un importante paquete de estímulo fiscal en Estados Unidos”.