En general, los adolescentes y los adultos desconocen la frecuencia con la que se produce la violencia durante el noviazgo; por lo tanto, es importante conocer los hechos y compartirlos con tu hijo adolescente. Los padres también deben estar alerta a las siguientes señales de advertencia que indican que un adolescente puede ser víctima de violencia durante un noviazgo:
- Consumo de alcohol o drogas
- Evitar amigos y eventos sociales
- Justificar el comportamiento de su pareja
- Temor cuando está cerca de la pareja
- Pérdida de interés en la escuela o en las actividades que antes disfrutaba
- Moretones, rasguños u otras lesiones sospechosas
Los adolescentes que se encuentran en relaciones de maltrato corren mayor riesgo de sufrir consecuencias a largo plazo, como bajo desempeño académico, consumo de alcohol en exceso e intentos de suicidio. Es posible que la repercusión emocional de las relaciones no saludables también sea duradera, lo que aumenta la probabilidad de tener relaciones infelices y violentas en el futuro.
Las lecciones que los adolescentes aprendan hoy sobre el respeto, las relaciones saludables y lo que está bien y mal se reflejarán en sus relaciones futuras. Es importante que hables con tu hijo adolescente ahora sobre qué constituye una relación saludable y qué no.
Reacción ante el comportamiento
Si tu hijo adolescente comienza a tener relaciones sexuales, independientemente de si crees que está listo o no, quizás sea más importante que nunca mantener una conversación fluida. Comunica tus sentimientos de manera abierta y honesta. Recuérdale a tu hijo adolescente que esperas que se tome el sexo y las responsabilidades asociadas con seriedad.
Destaca la importancia de mantener relaciones sexuales seguras y asegúrate de que tu hijo adolescente comprenda cómo obtener y usar anticonceptivos. Podrías hablar sobre cómo mantener una relación sexual exclusiva, no solo como una cuestión de confianza y respeto, sino también para reducir el riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual. Además, establece e impone límites razonables, como horarios y normas con respecto a las visitas de amigos del sexo opuesto.
El médico de tu hijo adolescente también puede ayudar. Un control de rutina puede darle a tu hijo adolescente la oportunidad de abordar asuntos relacionados con la actividad sexual y otros comportamientos en un ambiente confiable y de apoyo.
El médico también puede hacer hincapié en la importancia de la vacunación de rutina contra el virus del papiloma humano en jóvenes de ambos sexos, para ayudar a prevenir las verrugas genitales y el cáncer de cuello uterino, ano, boca y garganta, y pene.