Federico Berrueto
Los partidos se desdibujan hacia
2024; ninguno por sí solo llegaría a la victoria. Al margen de MC, nadie tiene
perfilados candidatos presidenciales. El partido gobernante tiene a Claudia
Sheinbaum como mejor prospecto, aunque el Presidente puede mover sus fichas
para actualizar las opciones. Lo del Metro que se lo cobren a Ebrard y a Mario
Delgado, responsables de la construcción. ¿Corrupción? Difícil saberlo, se
advierte lisonja interesada a las empresas constructoras, ahora demandadas aquí
y en Nueva York.
El PRI, PAN y PRD se necesitan. Si
se sumara el MC con un candidato irrefutable, por ejemplo, Luis Donaldo
Colosio, se viviría una nueva alternancia. Hay otros prospectos, pero no es
fácil erigir una candidatura exitosa.
Del poder el menos afectado es
Monreal. Ebrard se ve descompuesto. Nada bueno le espera en el estudio sobre la
Línea 12 del Metro. O Claudia o Marcelo y, por mucho, mejor lo primero, según
el estándar de la 4T. La derrota en Ciudad de México no le es imputable a
Claudia, más bien es víctima de Marcelo y de AMLO, para ella es mejor la
explicación sobre una campaña de desprestigio por los medios, aunque ponga en
entredicho eso de que el pueblo no es tonto.
El castigo electoral a la 4T no
solo es de los sectores medios. También de las clases populares urbanas. El
mensaje es inequívoco: las zonas metropolitanas del país dijeron basta de
mentiras y manipulación. Es cuestión de tiempo para que se extienda al país.
AMLO perdió el teflón. El voto del pueblo sabio lo ha dejado al descubierto.
El PRI es el eslabón débil de la
alianza opositora. No es un problema del partido, sino de quienes lo dirigen.
Alejandro Moreno y Rubén Moreira están en el filo de la navaja por sus
problemas con la justicia. Moreira dispuso del patrimonio de Coahuila desde los
tiempos de su hermano gobernador, además de la denuncia con pruebas de AMLO de
que Alonso Ancira pagaba sus excesos personales. Quien coordine la fracción
parlamentaria no debe estar bajo la presión del poder por sus esqueletos en el
closet. El PRI tiene futuro y apunta a Miguel Riquelme en Coahuila y a Alfredo
del Mazo en el Estado de México.
El PVEM es el factor de
desestabilización. AMLO perdió la elección y ahora requiere del PVEM y del PT
para aprobar el presupuesto, partidos expertos en el chantaje y la extorsión.
Ya no es como antes, que eran acompañamiento porque Morena tenía los votos
suficientes y el Presidente la fuerza sin contención. Atrás quedaron las
iniciativas sin una coma que cambiar.
La mayor pérdida para AMLO es que
ahora su proyecto se muestra frágil y vencible en las urnas. La oposición solo
tiene que salvar la trampa de la ratificación de mandato el próximo año para
evitar empoderarlo. Lo demás ya está cantado. Si juega bien la oposición habrá
una nueva alternancia.
Encuestadores: por elemental
decencia profesional deben dar la cara y explicar el engaño sobre su
desacertado pronóstico de integración de la Cámara.