Resultados de “Abrazos, no balazos”
Las oposiciones empresariales y partidistas, dirigidas por el potentado –y evasor fiscal– Claudio X. González Guajardo y sus corifeos del oligopolio hecho verdad única, con frecuencia a base de robotizar mensajes en redes sociales, están frente al dilema de persistir en su verdades repetidas a lo largo de 36 meses de la Cuarta Transformación en seguridad pública, o bien hacer un esfuerzo para leer la realidad a la luz de los resultados obtenidos por el gabinete de seguridad, bajo la coordinación de Rosa Icela Rodríguez y la conducción del presidente Andrés Manuel.
Quedaron atrás los tiempos en que bastaba con la caricaturización de la política de seguridad pública federal con el “Abrazos no balazos”, así como el saludo a la señora madre de Joaquín Guzmán Loera o bien por dejar en libertad al junior Ovidio (17-X-19) para evitar una masacre de la que estaríamos arrepentidos salvo Felipe Calderón y Genaro García. Recursos que usaron hasta el escarnio, pero frente los datos ofrecidos en la mañanera del jueves 17 por los secretarios de Seguridad Pública, Defensa Nacional, Marina y la Guardia Nacional serán inservibles. Para mal empezar, Emilio Álvarez Icaza –senador del Grupo Independiente y frustrado precandidato presidencial que manoseó la causa de Ayotzinapa para encaramarse–, persiste en la extendida práctica de la autodenominada clase política de la quejumbre por delante.
La estrategia de seguridad, postuló Rodríguez Velázquez, funciona e impulsa la paz. De 2015 a la fecha la reducción de homicidios dolosos es de 26.4%. Se mantiene la tendencia sostenida a la baja en los pasados nueve meses. Es la cifra más baja de los cinco años recientes. En febrero de 2018, el promedio era 87 homicidios y ahora son 81; ese nivel representa 14.2% menos que en el mismo mes del año pasado. Si la comparación se hace con febrero de 2020, la baja es de 18.5%; 19.8 menos respecto a 2019, y 7.6% comparado con febrero de 2018.
Otro renglón básico, el de los feminicidios, delito de fuero común, competencia de los de los estados, la baja es de 29.2%, igualmente comparado con el máximo de 113 casos de agosto de 2021, se cometieron 80 en febrero de 2022. Mientras que la violencia familiar reporta una baja de 25%, respecto al récord de mayo de 2021. Falta conocer la opinión de los grupos feministas anti-AMLO que sin fuentes de por medio, denuncian que se comenten 10 feminicidios diarios.
Otros delitos a la baja son la extorsión, secuestro y robo de hidrocarburos; la prevención de toma de casetas y el número de cuentas bloqueadas con vínculos con la delincuencia. Las “ONG” de Isabel Miranda y Elena Morera sostienen desde su ronco pecho todo lo contario en materia de secuestros. No en balde fueron consentidas de Enrique Peña, Calderón Hinojosa y García Luna, preso en Estados Unidos.
En síntesis, los delitos del fuero federal bajaron 33%, respecto al nivel de inicio del sexenio y sigue la tendencia a disminuir, los niveles más bajos de los que se tenían en febrero de 2015. Aquí están clasificaciones como delitos contra la salud, fiscales, financieros, relacionados con armas de fuego y explosivos y patrimoniales; los tres primeros reportan bajas de 30, 22 y 10.3%, respectivamente, mientras que los dos restantes tienen alzas de 5.9 y 10.1%, en ese orden.
Respecto al fuero común, atendidos por las fiscalías estatales, el robo total disminuyó 35.3% en febrero pasado, comparado con el máximo histórico de octubre de 2017.
Es preciso leer la nueva realidad.