En la encuesta ordenada por el Instituto Nacional Electoral y que fue aplicada entre el 9 y el 10 de septiembre pasado, solicitada por el partido gobernante (Morena) desde el 17 de octubre pero entregada por el funcionario de origen salinista Rubén Álvarez Mendiola “por una confusión” hasta el 1 de noviembre, se revelan resultados que ni el más optimista observador crítico o partidario de la Cuarta Transformación fue capaz de prever.
A saber: 87% de los encuestados están a favor de reducir el número de los legisladores federales; 78% apoyan que los consejeros del INE y los magistrados del Tribunal Electoral sean elegidos por voto ciudadano; 74% respaldan reducir el presupuesto del INE y de ellos 85% consideran que no afectaría su derecho al sufragio. Por si no fuera suficiente, 72% opina que los partidos reciben mucho dinero y 96% solicitan entregarles menos recursos del erario.
Dicho de otra manera, la iniciativa de ley del presidente Andrés Manuel en materia electoral tiene un abrumador respaldo popular. Y en dos puntos del proyecto legislativo que se debate, la preferencia ciudadana es menor pero mayoritaria: la sustitución del INE por el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas tiene 52% de opiniones favorables frente al 40% en contra. Y la desaparición de los institutos y tribunales electorales estatales dispone de 53% de apoyo frente a 43% en contra.
Son estos porcentajes lo que explican la conducta de Álvarez Mendiola para satisfacer a su jefe Lorenzo Córdova, y la abierta beligerancia con la que el presunto árbitro exigía el domingo 30 que una reforma político-electoral requiere del máximo consenso, justo cuando tenía en su poder los resultados de la muestra que revela, entre otras cosas, la existencia de un sólido consenso ciudadano. Mas por lo visto y hecho hasta ahora, Córdova Vianello trabaja febrilmente para imponer su propio “consenso” con base en negociaciones entre los partidos que favorece desde el Consejo General, coaligados con élites empresariales y mediáticas, con la bendición de la Comisión de Venecia, de la Unión Europea, a la que invitó a intervenir en asuntos que competen exclusivamente a la ciudadanía mexicana.
No quiere entender el doctor Córdova que su función principal como consejero presidente del INE consiste organizar elecciones junto al Consejo General, no en trabajar para imponer al Legislativo los contenidos de una iniciativa de reforma ni los procedimientos para procesarla. Tampoco estriba en impulsar su muy particular concepción de la democracia electoral. Una que ignora el principio de que la soberanía dimana del pueblo, no de los acuerdos entre los partidos que dieron forma a los consejos del INE, a fin de asignarse prebendas insultantes y convertir los procesos electorales en negocios para encuestadoras, asesores, despachos de imagen, publicidad y mercadotecnia orientadas a reducir el voto a una simple mercancía y suplantar al pueblo con una tecnocracia neoliberal succionadora de presupuestos y repelente al sentir de las mayorías.
Lorenzo Córdova Vianello está asumiendo atribuciones que no le corresponden, ahora mismo niega con vulgares mentiras el valor y alcance de la encuesta comentada, ostenta un afán más que militante en la defensa de las prebendas de que goza y puja por convertir los procesos electorales en jugosos negocios en demérito del sufragio reducido a una simple mercancía y suplantar al pueblo con una tecnocracia frívola, devoradora de recursos públicos, repelente al sentir popular y que busca volver a Palacio Nacional.
Acuse de recibo
Primera parte del comentario de la doctora Elba Pérez Villalba: “¡Felicidades a la maestra Alba Martínez Olivé por su cumpleaños número 70!, hija de Natura Olivé Olivé y Arnoldo Martínez Verdugo. Esto me lleva a recordar a la historiadora, camarada Natura, quien escribió varios libros: Los niños de Morelia, como ella, llegados a México a causa de la Guerra Civil Española; Asalto a la casa de Trotsky. Testimonio, sueño y realidad; La mujer en la historia; Mujeres comunistas en México en los años treinta. La también historiadora Verónica Oikión Solano publicó una reseña de este último, en la Revista de Pensamiento Crítico Latinoamericano, ‘Pacarina del Sur’ (buscar en Google). La primera edición de Mujeres comunistas en México... tiene varias fotografías de ellas, la segunda ya no. Para la primera, Natura me pidió una foto de mi mamá, Amelia Villalba Alvarado, igual le proporcioné la de Águeda Serna Moral (Mura), y tuvimos conversaciones telefónicas, recordándolas. Mura fue del Partido Comunista de España y del Partido Comunista Mexicano, participó en la Guerra Civil, era enfermera, y se decía que fue personaje de la novela de Ernesto Hemingway, Por quién doblan las campanas” (…). Estados Unidos mantiene más de 250 mil soldados en 800 bases militares en el extranjero, una parte de ellas en América Latina y el Caribe, para “defender los derechos humanos y la democracia”, por supuesto.