Luego de asistir a una cena en la Casa Blanca, el empresario Ricardo Salinas Pliego informó que concluyó una agenda de reuniones y encuentros en Washington, misma que calificó como productiva. A su regreso a México, compartió un mensaje en el que afirmó sentirse “inspirado” y reiteró su convicción de que el país no debe avanzar desde el miedo ni la subordinación, apelando a valores como la libertad, la propiedad y la vida.
Más allá del discurso, el episodio volvió a colocar al empresario en el centro de la conversación pública, no tanto por el contenido concreto de su agenda internacional —del que no se dieron detalles específicos— sino por la carga simbólica del encuentro y su lectura política en el espacio digital. En redes sociales, las reacciones oscilaron entre expresiones de apoyo que lo proyectan como figura política y comentarios críticos que cuestionan la congruencia entre su narrativa y temas como el cumplimiento fiscal o su papel como actor económico de poder.
Con información de Revista Poder Norte

