Carlos Ramírez
Como no
había ocurrido desde su fundación en 1990 como IFE, el Instituto Nacional
Electoral fue metido por el consejero presidente Lorenzo Córdova Vianello y el
consejero Ciro Murayama Rendón en el centro del conflicto poselectoral.
La razón se localiza en el repudio de ambos al populismo. En este
sentido, el INE está sentando las bases para el conflicto poselectoral después
del 6 de junio.
El INE fue creado sólo para organizar elecciones y contar
votos. De modo arbitrario, el organismo ha querido convertirse en el cancerbero
de la democracia. Pero una cosa es que las elecciones sean una parte del
proceso democrático y otra que definan la democracia en sí misma. En
este sentido, el INE debería ser alejado del conflicto electoral a
través de varias decisiones estratégicas o las elecciones del 6 de junio serán conflictivas
y tendrán en el INE parte de la responsabilidad.
1.- Sacar a Córdova y Murayama del litigio argumentativo en
medios de comunicación. Como funcionarios no deberían aparecer en medios
ni menos aún debatiendo contra el presidente de la república o con Morena.
2.- Como al presidente Donald Trump en las elecciones
presidenciales de 2020 en EE. UU., aquí deben cerrarse de manera
temporal las cuentas twitter a Córdova y a Murayama para evitar mensajes revulsivos.
En procesos de alta tensión política, el medio del INE para comunicarse debería
ser el boletín de prensa fuera de las redes sociales.
3.- Retirar de manera inmediata de circulación los libros Yo,
el pueblo. Cómo el populismo transforma
la democracia, pagado por el INE y que se lee como un documento anti
Morena y anti López Obrador. Y el libro La democracia no se construyó en un
día, de Córdova, porque fue escrito en su tiempo de funcionario y
con recursos del Instituto contrató a un colaborador-amanuense. En ambos
casos se debe abrir un expediente por presunto peculado.
4.- Regresar el dinamismo electoral a la mesa del consejo
general, pero con restricciones participativas del consejero presidente.
Córdova ha mostrado en medios que se adueña del micrófono e inunda las bocinas
de demagogia agobiante, sin dejar participar a los demás. La neurosis
del micrófono de Córdova debiera acreditarse como política, no
administración.
5.- Sacar al INE de la alianza PAN-PRI-PRD-Coparmex porque en los
hechos el Instituto aparece como el virtual onceavo partido y su enfoque
ideológico es el antipopulismo. Córdoba y Murayama tienen derecho a
tener ideas y exponerlas, pero no como funcionarios que tienen en sus
manos el delicado equilibrio de la estabilidad electoral. El presidente
de la república ha demostrado la parcialidad del INE.
Nunca antes el IFE-INE había sido tan parcial en contra de
alguna fuerza electoral como lo es con Morena. Y si bien hay razones
suficientes para hacerlo, la dirección institucional del INE no debiera convertirse
en dirección política. El cuestionamiento a Morena y al presidente de la
república por el presunto populismo debiera ser objetivo de los partidos, no
de la autoridad electoral.
La democracia electoral que tiene el INE como función es limitada
y carece de contenido ideológico. Las elecciones son un mecanismo procedimental
de la democracia como ideología. La verdadera democracia debe ser capaz de
permitir la contienda equilibrada y abierta de todas las fuerzas
ideológicas o comenzar a excluir a fuerzas políticas por tener ideas no
aceptadas por la autoridad electoral. Hasta ahora no se tienen datos de
que el populismo sea una ideología proscrita como algunas que conocemos.
Y al propio sistema democrático le corresponderá, como ocurre ahora, aplicar
los controles necesarios para evitar que la democracia sea usada por
alguna fuerza ideológica para terminar con la democracia. El PRI usó la democracia
para cerrar los caminos democráticos. Y el IFE nació como una forma limitada
para abrir en México el verdadero juego plural de la democracia.
El INE es el organismo administrador de las elecciones, no el
comité central de una democracia excluyente y autoritaria basada en la reglamentitis.
Córdova y Murayama no pierden oportunidad para actuar como un politburó
al viejo estilo comunista para determinar ellos qué es la democracia y
qué no es.
O el INE regresa a organizar elecciones o su papel como comisario
de una democracia tipo priísta será un factor de conflicto poselectoral.
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Política para dummies: La mejor defensa de la democracia es la democracia misma.
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