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Salud mental post pandémica

por Redacción
31-01-2022

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La oxitocina, la hormona de la empatía

Cuando hablamos de salud mental solemos hablar de dopamina, serotonina y melatonina, pero solemos pasar por alto el papel vital que tiene la oxitocina en nuestro bienestar emocional. ¿Podrías explicarnos qué es exactamente la oxitocina y por qué es tan importante?

La oxitocina es una hormona que se produce en el hipotálamo, una zona del cerebro que se encarga de controlar el estado de ánimo y el apetito.

Tiene la capacidad de generar la empatía, esto es, esa aptitud de reconocer las emociones de los otros y de responder afectivamente.

La oxitocina tiene la capacidad de producir empatía, nos da la oportunidad de reconocer y de responder afectivamente a las emociones de los otros

¿Cómo nos afecta tener bajos niveles de oxitocina?

A día de hoy se han realizado diversos estudios que demuestran que los niveles bajos de oxitocina están relacionados con una peor empatía y que existe una predisposición a la depresión y la falta de habilidad en las relaciones sociales. En definitiva, una peor regulación emocional.

Además de su papel como hormona, ¿cómo funciona exactamente como neutrotransmisor?

En ese caso, la oxitocina está implicada en comportamientos relacionados con la confianza, el altruismo, la generosidad, la formación de vínculos, los comportamientos de cuidado, la empatía o la compasión, de ahí que se conozca como la “hormona del amor”. Por supuesto, también tiene un papel fundamental en el comportamiento maternal y sexual.

¿Qué tipo de papel juega en ese sentido ‘maternal y sexual’? ¿Podrías explicarnos un poco más al respecto?

Tiene un papel fundamental en el trabajo de parto, durante la lactancia materna (la leche materna no podría salir de la glándula mamaria sin esta hormona) y además es importantísima para establecer el vínculo con nuestro bebé.Respecto a la sexualidad, la oxitocina se segrega durante el acto sexual e interviene en los procesos relacionados con el refuerzo positivo, así como en el incremento de la complicidad y confianza en la pareja.

¿Qué podemos hacer para estimular la oxitocina?

Se trata de llevar a cabo cosas tan sencillas como reír, relacionarnos socialmente, tener contacto físico, hacer deporte, ayudar a los demás o practicar la gratitud. Todas estas acciones nos ayudarán a producir más oxitocina y por tanto a tener más empatía, compasión y a formar mejores vínculos.

Un futuro incierto

En momentos de incertidumbre como los que todavía estamos viviendo, ¿qué podemos hacer para cuidar nuestra salud mental?

Seguramente, controlar nuestros pensamientos irracionales y desafiarlos sería un buen primer paso, aunque también añadiría practicar el autocuidado, tan olvidado en esta sociedad estresante, acelerada y adicta a la productividad. Y lo más importante, acudir a un profesional de la psicología para trabajar cualquier ‘atasco’ sin necesidad de esperar a que sea patológico.

La era post-Covid es un reto psicológico para todos, ya que la pandemia ha provocado una grieta en la sensación de certidumbre y control con la que creíamos que funcionábamos.

Cada vez son más los expertos que aseguran que la languidez, entendida como una sensación de estancamiento y vacío, será la afección psicológica más común de la era post-Covid.

Sí, la llaman la ‘emoción predominante de 2021’. El estado de incertidumbre que hemos vivido nos ha afectado a todos provocándonos un sentimiento de hartazgo y estancamiento que, a priori, se explica por cuestiones pandémicas y sociales más que individuales.

Sin duda, la era post-Covid es un reto psicológico para todos, ya que la pandemia ha provocado una grieta en la sensación de certidumbre y control con la que creíamos que funcionábamos antes de la llegada del coronavirus.

¿Cómo podemos ayudar a un amigo o familiar que está atravesando un estado de languidez o sufriendo algún otro trastorno psicológico?

Lo primero que debemos hacer es validar las emociones de esas personas, es decir, no caer en el uso de expresiones como “no pasa nada”, “hay gente peor que tú” o “tienes que ponerte bien”, porque esto es decirle a la persona: no tienes derecho a sentirte así.

Debemos acompañarles y apoyarles en ese proceso y, lo más importante, animarles y facilitarles la llegada a un gabinete de psicología. De hecho, aunque queramos, no tenemos las herramientas para solucionar las problemáticas psicológicas de los demás.