Las familias mexicanas afrontan un regreso a clases marcado por la inflación. El arranque del ciclo escolar 2022-2023 coincide con un periodo de alza de precios que no se veía desde hace casi dos décadas, una realidad económica que sin duda pone en aprietos a las familias para poder hacerle frente al incremento de los gastos escolares y de la alimentación.
De acuerdo con el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), la inflación de los artículos de educación fue de 8.19 por ciento anual en julio, la más elevada desde agosto de 2001, mientras cuadernos y carpetas presentaron un incremento de 13.97 por ciento, el dato más elevado desde marzo de 1997.
El material escolar subió 9.17 por ciento interanual en julio, una variación no vista desde marzo de 2017, cuando aumentó 9.83 por ciento.
Durante los dos años y medio recientes, la educación a distancia se convirtió en la norma y representó un gran reto para las escuelas, los padres y los estudiantes. El uso de las herramientas tecnológicas, el desarrollo de capacidades complementarias y la adopción de una mentalidad diferente se convirtió en los factores claves en un escenario educativo.
Ahora, unos gastos que se han disparado en general, con un INPC de 8.15 por ciento en julio; aunque con casos más concretos como el aumento de la electricidad (11.82 por ciento); gas doméstico natural (32.11 por ciento); gasolina de alto y bajo octanaje (7.92 y 7.60 por ciento), elementos imprescindibles.
Los uniformes escolares registran la inflación más elevada desde 1995, con una variación anual a julio de 9.05 por ciento.