RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
Los videos se han convertido en la evidencia máxima de la corrupción política en México y aunque no son prueba contundente para ejercer acción penal, sirven para mostrar la fragilidad de los políticos y, en su caso, avidez por el dinero.
Hace 16 años se inauguró la vía del video y algunos personajes del PRD fueron mostrados en la clásica escena de recepción de dinero, siendo el más representativo y el que sentó escuela el de René Bejarano.
Ahora son otros los protagonistas de la historia. El primer video filtrado sobre la entrega de sobornos para, presuntamente, apoyar la Reforma Energética, provocó escozor en los medios políticos, donde unos y otros se lanzan acusaciones de todo tipo.
Los nombres de los entonces senadores vinculados a este esquema de corrupción se reducen a un pequeño círculo de quienes formaban la burbuja panista y un senador que militaba en el PRD.
Sin embargo, dos han sido los ex senadores más evidenciados, aunque no directamente ellos, pero si dos de sus colaboradores que acudieron a recibir los billetes del presunto soborno.
Hasta el momento la Fiscalía General de la República no ha confirmado si el video es parte de las pruebas presentadas en su descargo por Emilio Lozoya, pero el mundo político se convirtió en un avispero, donde arrojan la primera piedra, buscan justificarse, esconderse e intentan limpiar su nombre.
Un panista, Francisco Domínguez y un ex panista, Lavalle, son los primeros señalados en virtud de que fueron sus colaboradores los que recibieron ese dinero mostrado en el video, supuestamente para sus entonces jefes.
Guillermo Gutiérrez y Rafael Jesús Caraveo, acudieron a la cita con un individuo no identificado que les entregó el dinero que recibirían sus jefes senatoriales.
Tal vez el video contenga mayor información y hasta, posiblemente, imágenes de los senadores Jorge Luis Lavalle y Francisco Domínguez, así como de otros mencionados en la denuncia como Salvador Vega, Roberto Gil, Ernesto Cordero, Luis Miguel Barbosa y otros más, pero hasta no verlos no se podrá conocer que tan a fondo son las pruebas que dice tener Emilio Lozoya para su descargo de culpas.
Por lo pronto, Pancho Domínguez (así se le conoce en la tierra que gobierna) sumamente nervioso y leyendo mal su texto, negaba estar implicado en los sobornos denunciados por Emilio Lozoya y dio una serie de explicaciones sobre su respaldo a la Reforma Energética.
Lozoya es un delincuente y no se puede creer en su palabra, dijo Domínguez.
Mal le cayó al gobernador de Querétaro que la difusión del video en que se advierte a su entonces secretario particular recibir dinero como parte de los sobornos denunciados por el ex director de PEMEX, antecediera a la visita del Presidente López Obrador a su terruño y se conociese un día antes de la reunión de los gobernadores con el Ejecutivo.
Sin embargo, Domínguez tuvo que apechugar y dar la cara, después de correr a su todavía secretario particular, al que, afirma, denunció ante las autoridades correspondientes.
En ese sentido el también gobernador solamente que de Puebla, Luis Miguel Barbosa, salió a los medios para aclarar que no tiene nada que ver con los sobornos desde PEMEX y que presentará una denuncia en contra de Emilio Lozoya, por daño moral.
Y en este ir y venir de unos y otros, sale el primer gobernador panista de la historia, Ernesto Ruffo, para declarar que él siempre vio cosas raras en este núcleo de panistas de la burbuja que componían Cordero, Gil, Vega, Lozano, Lavalle, eran como la pus y se la pasaban en la oficina del coordinador de los priistas Emilio Gamboa, del que se conoce como es su manejo político.
Varios de los personajes señalados ya no militan en el PAN, como tampoco Lozoya lo hace en el PRI, sin embargo las denuncias y acusaciones terminarán perjudicando a esos partidos en los próximos comicios y las denuncias y aclaraciones de unos y otros se convertirán en el tema favorito por varios meses.
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