Un hecho histórico acaba de ocurrir la madrugada del 30 de diciembre, luego de que el Senado de Argentina avaló el proyecto de ley que permite acceder libre y legalmente al aborto hasta la semana 14 de gestación.
Tras décadas de movimientos encabezados por miles de mujeres que buscaban legalizar el aborto en ese país, este proyecto de ley se logró tras obtener 38 votos a favor y 29 en contra.
El proyecto de ley tiene por objeto principal regular el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo y a la atención postaborto, en cumplimiento de los compromisos asumidos por el Estado argentino en materia de salud pública y derechos humanos de las mujeres y de personas con otras identidades de género con capacidad de gestar y a fin de contribuir a la reducción de la morbilidad y mortalidad prevenible
Aunque la interrupción voluntaria aplica hasta la semana 14 de gestación, el proyecto contempla que fuera de ese plazo, la mujer solo podrá abortar cuando se presenten las siguientes situaciones: Si el embarazo fue resultado de una violación, en caso de niñas menores de 13 años y si estuviese en peligro la vida o salud integral de la persona gestante.
Las mujeres que decidan interrumpir su embarazo en los servicios del sistema de salud deben recibir un trato digno, privacidad, confidencialidad, autonomía de la voluntad, calidad y acceso a la información.
Cabe mencionar que la iniciativa de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) hasta la semana 14 de gestación fue presentada por el presidente de centroizquierda Alberto Fernández, como un modo de “garantizar que todas las mujeres accedan al derecho a la salud integral”.
Varios ministros siguieron el debate desde las gradas, una forma de respaldar el proyecto y recordarles a los diputados propios que votan en contra, que la iniciativa es del Ejecutivo.
“Todos estamos a favor de la vida, pero estamos en contra de la clandestinidad. El aborto existe, existió y seguirá existiendo”, declaró la diputada Adriana Cáceres, del partido derechista PRO y favorable a la ley, en respuesta a los grupos que rechazan el proyecto y se definen a sí mismos como pro-vida.
Sin embargo, aunque el proyecto fue apoyado por la mayoría, existieron posturas en contra como es la diputada Carmen Polledo quien rechazó el proyecto porque busca “la eliminación de un ser que se está gestando en el vientre materno”.
Asimismo, el senador Mario Fiad afirmó que con este proyecto se acabarán con sueños y oportunidades para los niños.
“Si este proyecto se convierte en ley, se abortarán sueños, proyectos, oportunidades para aquellas niñas y mujeres a quienes no les cambiaremos su dramática realidad de vulnerabilidad cotidiana, tampoco de pobreza estructural ni de falta de educación”, señaló.