José Luis Camacho Acevedo.
Ayer en
este espacio dimos cuenta de una nota del portal La Política Online, en la que
se afirmaba que fue el hombre más rico de México, Carlos Slim Helú, fue quien
“convenció” al ministro Alberto Pérez Dayán para que rompiera el bloque de
ministros que se oponía a la Reforma Judicial propuesta por AMLO cuando todavía
era presidente.
La nota
habla de un contexto económico nacional complejo para México después del
triunfo de Donald Trump en las presidenciales de Estados Unidos.
Y que, en
esas condiciones, una vez que Trump tome posesión como mandatario del país más
poderoso del mundo, los personajes más cercanos de su entorno político y
económico, como Elon Musk, a quién acaba de nombrar como asesor en materia de
inversiones extranjeras, la Reforma Judicial aprobada en México será una
preocupación para los potenciales dueños de algún capital de inversión.
Ya sean éstos
del vecino país o de Canadá, por citar solo a los integrantes del todavía
vigente T-MEC, porque una eventual controversia de esos inversionistas con
el gobierno mexicano, al dirimirse ante un juez de los que surjan del proceso
de elección populista que impone la Reforma Judicial, y que probablemente
podría ser un juzgador muy afín al gobierno, pues sus decisiones serán
previsiblemente a favor del oficialismo y su inversión estaría en un inminente
riesgo.
Si
efectivamente el magnate Carlos Slim influyó de alguna manera en la decisión
del ministro Pérez Dayán para que se rompiera el bloque en la Corte para
impedir que se facilitara la imposición de la cuestionada Reforma Judicial, la
pregunta obliga es si no hay en ello un posible intercambio de favores.
De
ninguna manera un empresario de las dimensiones de Slim Helú sería un coyote
como en su momento lo fue el hermano incómodo, Raúl Salinas de Gortari, a quien
los empresarios que fueron ayudados por el poder de Raúl a conseguir contratos,
le llamaron “Mister 20%”.
Pero sin
duda algo tendrá que existir entre el poderoso empresario dueño de Grupo Carso
y el pasado, y tal vez, el presente gobierno de Morena.
El actual
régimen federal está obligado a aclarar sus relaciones con los empresarios de
gran calado para eliminar cualquier tipo de suspicacia.
La
sociedad espera respuestas.
EN TIEMPO
REAL.
1.- Ya le salió a
Morena su grupo independiente. Dicen los medios enterados: En Morena surgió un nuevo “movimiento” denominado
“Construyendo el Segundo Piso de la Transformación”, impulsado
por el diputado de Morena, Alfonso
Ramírez Cuéllar y el del Partido Verde, Eruviel Ávila.
Este movimiento, impulsado de manera independiente a los
partidos, busca extender
el trabajo del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum a todo el país.
Según Ramírez Cuéllar, buscan llevar los programas de bienestar
a las comunidades que apoyaron a la presidenta, sin "pleitos ni intereses
partidistas".
2.- En Guanajuato la gobernadora Libia Denisse García Muñoz
Ledo, aseguró que su estrategia de seguridad está en marcha en toda la entidad.
Y que esa política renovada y vigente, la deslinda de lo que ocurre en
entidades vecinas como Querétaro y Aguascalientes.
3.- La designación por parte de Donald Trump de Marco Rubio
como secretario de Estado, sin duda que debe tener muy pensativo al
expresidente Andrés Manuel López Obrador, con quien el nuevo funcionario de EU
tuvo fuertes desacuerdos. Un afectado colateral será el canciller mexicano
Juan Ramón de la Fuente.