José Luis Camacho Acevedo
Como si fueran la pura verdad, los Aliancistas
se apresuraron para felicitar a Joe Biden por su victoria sobre Donald Trump.
El virtual presidente electo de Estados Unidos
seguramente estará muy ocupado en atender el crucigrama económico y de salud
que le hereda Trump como para preocuparse por quién lo felicita y quién no lo
hace.
Los gobernadores Aliancistas, que por cierto no
lograron nada con su aparatosa rebeldía fiscal, no quisieron quedarse atrás de
los líderes de partidos políticos que se sumaron a la cruzada de los ultras de
Sí por México en una franca posición antilopezobradorista.
Y por ello enviaron una carta de felicitación a
Joe Biden para contratarse con el presidente López Obrador quien sigue
esperando la confirmación de la victoria del demócrata por parte del Colegio
Electoral del vecino país.
Estar por sistema en contra del mandatario
mexicano por la razón que fuere.
Uno se pregunta: ¿Cuál es el objetivo real de
esos sabotajes al presidente en momentos en que el mundo está en medio de una
grave crisis de salud y sus repercusiones económicas?
Está claro que ni los Aliancistas ni los ultras
de Sí por México derrocarán al presidente López Obrador.
Se ve muy remoto que esas organizaciones sean
las que reactiven nuestra maltrecha economía y nos hagan salir de la pandemia
comprando ellas los millones de vacunas que se van a requerir.
El desconcierto que vivimos es un caldo de
cultivo apropiado para generar especulaciones y lanzar las famosas fake news
que propician el crecimiento de un encono social, en muchas ocasiones
justificado, producido por innegables fallas en áreas muy sensibles de la 4T.
Sin duda que el país necesita una reorientación
en muchos proyectos sociales y económicos del actual gobierno.
Pero definitivamente no será con rumores, especulaciones
y noticias falsas como se tiene que ejercer una crítica constructiva en estos
momentos de emergencia nacional.
Bienvenida la crítica que se comprometa a
participar en las soluciones.
Porque de alaridos que hacen las tormentas en
pequeños vasos de agua, ya la sociedad está indiscutiblemente decepcionada y
harta.
EN TIEMPO REAL
1.- La maquinaria que con cuidado y tenacidad
construyó Enrique Alfaro para catapultarse rumbo a la gubernatura de Jalisco
que hoy ostenta, comienza a mandar señales de que puede llegar desvielada para
las elecciones del 2021.
Estas son semanas delicadas para el gobernador jalisciense,
que fiel a su estilo de ordenar, él mismo sea el causante de su debacle. Avanzando
pausada pero firmemente, el proyecto alfarista inició en Tlajomulco donde fue
alcalde, transitó hacia Guadalajara también Presidente Municipal, a la par que,
con su principal aliado del sector empresarial, Pablo Lemus conquistaron Zapopan.
Con el triunfo contundente de Movimiento
Ciudadano en la zona metropolitana de Guadalajara en 2018, la suerte de Alfaro
estaba echada a su favor, pero esos fabulosos días pueden cambiar sí sus malas
decisiones llevan al partido naranja a perder la capital, siendo paradójicamente
los viejos aliados y examigos quienes contribuyan a la derrota alfarista.
2.- Resulta falso lo que algunos opinologos afirman
sobre Roberto Velasco, director para América del Norte de la Cancillería, sobre
su supuesta intromisión en la relación de la embajada de México de Estados Unidos
y el equipo de campaña del virtual ganador, Joe Biden.
Para muestra basta ver el trabajo que Velasco y
su equipo han hecho para comunicarse diplomática con el equipo de Biden, para
explicar que si el presidente López Obrador no ha felicitado al candidato
demócrata es por razones legales y de tradiciones diplomáticas mexicanas.
Quienes afirman lo contrario, se nota a leguas
que lo hacen desde el estomago y con mucha ira reprimida.
3.- El dirigente nacional de Morena en México,
Mario Delgado Carrillo, acotó que una de las condiciones de la coalición con el
Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Nueva Alianza (PNA) y del Trabajo
(PT) en San Luis Potosí, es que Morena definirá quién será el candidato que los
represente rumbo a la Gubernatura del Estado.
Lo anterior después del sainete que se armaron
algunos morenistas comandados por el coordinador estatal de Morena, Sergio
Serrano Soriano, quienes reclamaban que el documento presentado por un delegado
nacional ante el Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana
(Ceepac), definía prácticamente que el candidato de la coalición sería el
diputado federal, Ricardo Gallardo Cardona