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Síndrome del Impostor: ¿Soy un Fraude?

por Redacción
24-01-2022

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El Síndrome del Impostor es un padecimiento emocional en que las personas no se consideran exitosas a pesar de serlo, en cambio, se consideran un fraude. Creen que no merecen ser exitosas y tienen miedo a ser percibidas como impostoras o fracasadas.  También sienten que no están a la altura, que no son suficiente y dudan de sus capacidades.

Síntomas del Síndrome del Impostor

Todos nos hemos sentido así alguna vez en la vida y es normal.  Pero si te identificas con la mayoría de los síntomas y te sientes así constantemente, es posible que tengas el Síndrome del Impostor.   Pero no te asustes, éste síndrome es más común de lo que crees. 

El Síndrome del Impostor es muy común, sobre todo en personas exitosas, en personas destacadas, en personas que experimentan un ambiente laboral competitivo y es más común en mujeres que en hombres.

Baja Autoestima

A éste padecimiento emocional se le asocia con la baja autoestima.  Tal vez tus papás fueron muy exigentes contigo o recibiste una educación muy rígida.  Quizás creciste creyendo que tus méritos no eran suficientes y que tenías que lograr más para ser aceptada.  También es posible que alguna relación te haya afectado o que te rodees de personas que no reconocen tu valor.  Éstos factores pueden ser causantes de que hayas perdido la confianza en ti misma y de que te hayas vuelto insegura. Hay muchas razones por las que una persona puede tener baja autoestima. Haz introspección y pregúntate cuál es la raíz de tu falta de autoconfianza.

Experiencias Previas de Fracaso

El Síndrome del Impostor también puede ser causado por experiencias previas de fracaso y por miedo a fracasar de nuevo.  El “fracaso” es mal visto socialmente y no se nos permite cometer errores, porque entonces nos volvemos unas “fracasadas”.  No me gusta la palabra “fracaso”, por que no creo en el fracaso.  Tampoco me gusta la palabra “error” porque no creo en los errores en el contexto de la vida.  Creo en vivir, experimentar y aprender de ésas experiencias para mejorar.  Tomar acción y correr riesgos, tiene mucho valor y es la única forma de crecer.  No le temas al “fracaso” y no te paralices por el miedo. ¡Vive y si te caes, te levantas!

Miedo al Rechazo

Creo que a nadie le gusta sentirse rechazado, de hecho nos da miedo y nos da vergüenza cuando experimentamos rechazo.  Ese deseo de pertenecer o de encajar en la sociedad, puede ser la causa de que te estés exigiendo tanto.  Recuerda que las personas que en realidad deben estar en tu vida, son las que te aceptan tal cual eres, son las que te apoyan y se interesan genuinamente en ti y sobre todo, jamás te rechazarían por no ser perfecta.

Comparaciones

Quizás te comparas con otras personas y déjame decirte que la única persona con quien debes compararte eres tú misma.  No te compares con otras personas porque cada quien tiene su proceso de aprendizaje, una historia de vida única, cualidades diferentes, áreas de oportunidad distintas y cada quién debe ir a su propio ritmo.  Mejor, piensa en quién eras hace un año y quién eres hoy, en cuánto haz crecido, piensa en lo que haz aprendido y en cómo puedes seguir mejorando.  Eres tu propio parámetro para medir tu progreso.

Perfeccionismo

Hay personas que buscan la perfección y es posible que ésa expectativa de perfección sea la causa de su insatisfacción.  La perfección no existe, no en la forma en la que quisieras.  Escucho muy seguido frases que sugieren que no debemos bajar nuestras expectativas, sino subir nuestros estándares.  Pero el exceso de expectativas y ésos estándares tan altos pueden ser la causa de tu sufrimiento. No te estoy invitando a que seas mediocre, pero te propongo que establezcas metas realistas, que permitas un margen de error y que seas flexible contigo misma.