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Son 100 los países que tienen proyectos avanzados sobre el manejo de sus propias monedas digitales

por Redacción
11-02-2022

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Son 100 los países que tienen proyectos avanzados sobre el manejo de sus propias monedas digitales pero no hay aún criterios tecnológicos comunes para su desarrollo ni un marco regulatorio para su interacción en otras latitudes, advirtió la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva.

Al participar en un evento organizado por el Atlantic Council, comentó que es temprano para considerar un manejo generalizado de monedas digitales de bancos centrales (CBDC, por su sigla en inglés), pues están desarrollándose con prudencia para garantizar la seguridad de su operación.

En su participación, que coincide con el lanzamiento del documento de trabajo titulado “Central Bank Digital Currency, behind the scenes: Emerging trends, insighst and policy lessons/ Detrás de escena de las monedas digitales de bancos centrales. Tendencias emergentes, señales y lecciones de políticas del FMI”, Georgieva subrayó que los CBDC ofrecerán beneficios superiores a los que otorgan los criptoactivos e incluso las llamadas stablecoins.

Las llamadas monedas estables como Tether o DAI, están asociadas al valor de una moneda fiduciaria como el dólar o el euro, a bienes materiales como el oro o algún inmueble, lo que ayuda a mantener un precio estable.

Las monedas digitales emitidas por bancos centrales tienen que ser confiables, pues además de ofrecer una alternativa al manejo de efectivo, deben operar bajo un marco regulatorio doméstico que sea congruente con supervisión local e internacional, refirió.

Esto limitará su uso para actividades ilícitas que podrían poner en riesgo al sistema en su conjunto.

Las lecciones

En el documento del FMI, analizan la experiencia de seis CBDC que ya están en fases avanzadas de desarrollo en Bahamas (sand dollar;) en el Banco Central del Caribe Oriental (DCash); Uruguay (e-Peso); Canadá; China (yuan digital) y Suecia (corona digital) y extraen tres lecciones de ellas.


1.      No existe una receta universal para que todos los bancos centrales desarrollen un solo tipo de moneda digital. Cada economía es diferente mientras para algunos países una moneda digital puede ser la vía para alcanzar la inclusión financiera, para otros puede ser una alternativa cuando fallen otro tipo de instrumentos financieros.

2.     Límites a la disponibilidad personal de las monedas digitales. El anonimato de las operaciones con monedas digitales está relacionado con formas de identificación que pueden ser difíciles de obtener o costosas. Sin embargo, el anonimato también puede utilizarse con fines ilícitos lo que genera un riesgo importante. Mayores tenencias de criptomonedas requieren controles regulatorios más estrictos.

3.     Estabilidad financiera. Los bancos centrales que participan en proyectos con CBDC se han comprometido a no poner en riesgo la estabilidad financiera y evitar cualquier desplazamiento de bancos y corridas bancarias.


De las seis CBDC analizadas, sólo tres circulan actualmente como moneda oficial o en un programa piloto: la de Bahamas, la de China y la del Caribe Oriental.

Yuan digital, en los olímpicos de invierno

El Banco Popular de China informó que el yuan digital está disponible para visitantes, deportistas y público general que se encuentra actualmente en Pekin, disfrutando los Juegos Olímpicos de Invierno.

Los asistentes a la justa olímpica pueden descargar una aplicación de monedero digital de yuanes en las tiendas iOS y Android, o bien almacenar el dinero digital en una tarjeta física. También está disponible una pulsera que tiene almacenada la información para realizar transacciones.

“Nosotros ofrecemos servicios de pago de calidad, eficientes y seguros para visitantes nacionales y extranjeros”, destacaron en un comunicado.


La opción está abierta también para intercambiar monedas extranjeras por el yuan digital en cajeros automáticos.

Agencias de noticias reportan que la plataforma en la que corre la moneda digital puede funcionar aún sin conexión. Es decir, en ausencia de una red, mientras dos teléfonos móviles equipados con una cartera digital se encuentren en contacto, la transferencia puede realizarse.