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Subir precios o cerrar, dilema de comercios españoles ante alza en la luz

por Redacción
14-09-2021

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Madrid. Carlos Fernández, desde su pequeña taquería en el centro de Madrid, reconoce un tanto abatido que "no hay otra opción, el precio de la electricidad nos va a obligar a subir los precios o cerrar". Es el dilema con el que viven desde hace unos meses la mayoría de los comercios, la industria y los trabajadores autónomos en España, donde el precio de la electricidad se ha disparado más de 240 por ciento con relación al año pasado y en lo va del mes se han alcanzado tarifas históricas, por encima de los 140 euros por megavatio hora de media. Las alarmas se han disparado como nunca antes, no sólo por el temor a que cierren más negocios, sino también y sobre todo a que crezca aún más la pobreza energética.

Mientras, desde todos los sectores de la economía y el tejido productivo, se mira al gobierno español, presidido por el socialista Pedro Sánchez, para que haga algo, que actúe como en otros países, como Francia y Alemania, que han logrado mitigar el aumento descontrolado de la electricidad por la especulación en el mercado mayorista y el alto costo del gas.

Carmen Quispe es una migrante boliviana que trabaja en el servicio doméstico. Llegó a España hace diez años y explicó que "nunca hasta ahora he tenido tantos problemas para conseguir más casas que limpiar o simplemente mantener las que ya tengo". El problema radica, según señaló, "en que ahora todo el mundo me pide ir a la misma hora a limpiar sus casas, o sea cuando la luz es más barata, pero claro, no puedo ir a todas las casas de ocho a diez de la mañana o de diez a doce de la noche. Así que he perdido algunos trabajos".

Quispe tiene un problema similar al del restaurantero Fernández, sobre todo porque ahora su metodo de subsistencia está de nuevo en riesgo, después de haber superado con muchas vicisitudes los meses de la pandemia, ahora por el precio de la electricidad, que "me ha hecho pagar una factura que duplica a la anterior y si esto sigue así no habrá de otra, o subimos precios o nos vamos al carajo". Y recuerda que un restaurante, por muy pequeño que sea, tiene que tener una eficiente refrigeración permanente, se tiene que usar constantemente el lavavajillas, las freidoras, el aire acondicionado en los meses de verano y la calefacción durante el invierno, además de los extractores y los ventiladores, que todo eso funciona con energía eléctrica. La diferencia entre la factura anterior con la vigente, según explicó Fernández, es de más del doble: si en la anterior pagó 800 euros (19 mil 200 pesos) por dos meses, en este calcula que le llegará de dos mil euros (48 mil pesos).