Los últimos trazos de Vicente Rojo, antes de morir en marzo del año pasado, los hizo sobre una piedra 90 por ciento calcio de más de 150 años de antigüedad. Es una placa litográfica de casi 200 kilos de peso y un metro de largo sobre la que dibujó a mano diferentes vistas de jardines para luego imprimir en litografía. La obra titulada Jardines a vista de pájaro en vuelo, una comisión del Museo Kaluz, salió del taller Blackstone, donde se conserva la piedra y pruebas originales de este último trabajo.
La litografía se subastó el 20 de enero pasado por la casa Morton y alcanzó un precio de 117 mil 140 pesos, casi el doble de las estimaciones de los valuadores. A pesar de que la obra está en manos de coleccionistas privados, el taller ubicado en la colonia Doctores guarda con genuino orgullo los trazos originales de Rojo, las correcciones en varias pruebas y la firma de la pieza final aprobada.
La obra es de 50 por 150 centímetros a cuatro piedras sobre papel Arches de 300 gramos y con cinco tintas diferentes. Consta de 100 ejemplares más pruebas de autor. Del tiraje total, ésta es la única pieza que cuenta con los seis grabados en un mismo soporte.
Francisco Lara, litógrafo y fundador del taller junto con Arturo Guerrero, cuenta en entrevista que sobre la piedra en la que trabajó Vicente Rojo, también hay huellas del trazo de Rufino Tamayo, Francisco Zúñiga, Raúl Anguiano, Francisco Toledo, José Luis Cuevas, y Leonora Carrington, entre otros.