RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
No invitar al Ejecutivo estatal de Chihuahua a un evento del Ejecutivo federal en esa entidad desató una gran polémica sobre la descortesía de no hacerlo y las represalias que podrían surgir en torno a decisiones fundamentales para aquella región.
Es cierto que se trató de un desaire que en política significa mucho y hasta se ventiló el por qué se hizo, debido a las formas con que actualmente se establecen los métodos políticos del actual Presidente de la República, pero se encuentran lejanos a los aplicados en el pasado.
Los Estados Unidos Mexicanos son una república federada en la que el presidencialismo se ha destacado por encima de todo, por lo qué sentados sobre esa base, el distanciamiento entre el gobernador Javier Corral y el Presidente López Obrador se podría considerar la muerte política del norteño.
Sin embargo, en la actualidad la máxima del pasado no es aplicable en los actuales tiempos de la democracia, diferentes a los del siglo pasado en que el Ejecutivo federal dictaba la muerte del gobernante que no se ajustaba a sus designios o que osaba contradecirlo.
Dentro de los estilos de gobernar había de todo, los que simplemente no gozaban de la cercanía con el mandatario en turno; aquellos que habían mostrado preferencias por uno de los prospectos que no se convirtió en candidato, otros que desobedecían una instrucción y los que eran herencia del pasado. Todos ellos debían mostrarse muy alineados, ya que de otra forma eran sustituidos a las primeras de cambio.
La danza de los gobernadores relevados y los sustitutos eran parte del revuelo que marcaba cada sexenio, donde se destacaban además aquellos que eran invitados al gabinete como premio a su lealtad y los que contra su voluntad eran traídos para cargos menores.
Dentro de este método de presión y de castigo lo de menos eran los habitantes de esa entidad, los que jamás eran tomados en cuenta para conocer si el gobernante lo había bien o mal o si estaban de acuerdo con el relevo del mismo.
Existía solamente una voluntad, la del Presidente en turno que evaluaba de la forma que consideraba él mismo para cambiarlo en el momento que quisiera. Muy pocas fueron las ocasiones en que intervino el Senado de la República para revocar el mandato.
Por circunstancias distintas Carlos Salinas de Gortari y Lázaro Cárdenas del Río han sido los Ejecutivo federales que removieron más gobernadores durante su mandato.
El segundo lo hizo en función del enfrentamiento con Plutarco Elías Calles, donde se les daba la opción de elegir entre uno y otro, mientras que el primero lo hizo por incorporar a unos al gabinete, otros para cobrarles la factura electoral pendientes, aunque también apresuró los tiempos de otros que fueron sembrados en cargos de segundo o tercer nivel.
Para los Presidentes de México el respeto a la soberanía de los estados siempre ha sido parte de un protocolo que es seguido de acuerdo a sus necesidades y usado a conveniencia personal.
Eso sí en la mayoría de los casos se espera a que cumplan dos años en funciones para evitar convocar a elecciones extraordinarias, algo que se pretende hacer en la actualidad con el mismo Ejecutivo federal por parte de aquellos que buscan que Andrés Manuel López Obrador se ausente del gobierno antes del primero de diciembre, para impedir, si logran su propósito, sea el Congreso el que decida al Presidente emergente, si es que fuese el caso.
…………………
Nuevo León será una de las entidades más disputadas en la próxima elección para gobernador. Los distintos partidos que entrarán en la competencia hacen movimientos diversos que incorporarán nuevos personajes que parecían fuera de la contienda y otros que buscan nuevos horizontes, confiados en que con otras siglas y colores podrán mostrar un rostro distinto del que se les conoce.
Una gran disputa por un rostro femenino se da entre un par de partidos que quieren ese nombre enarbolando su bandera.
Entre los candidatos podría darse modificaciones, ante el deterioro de algunos de ellos.