El trastorno de personalidad límite, como ahora es reconocido según el Manual de Diagnóstico Estadístico de Trastornos Mentales, DSM-V, constituye un padecimiento de salud mental en donde se ve afectada la manera como se piensa y siente, sobre el medio, uno mismo y los demás.
Como consecuencia de esta percepción distinta, la persona que lo padece suele tener dificultades para integrarse de manera cotidiana o fácil en actividades comunes. Por ende, sus relaciones personales son inestables, con grandes picos de intensidad, así como una marcada impulsividad y distorsiones en la imagen de sí mismo.
Por lo general, quienes lo padecen tienen una baja tolerancia al abandono, que deriva de un miedo profundo a la soledad. Sin embargo, el mismo patrón de conductas impulsivas, emociones intensas y los episodios de irritabilidad o ira, terminan por alejar a quienes los rodean.
¿Cómo se diagnostica el Trastorno Límite de la Personalidad?
Se manifiesta en la madurez y aunque se puede intuir por el patrón de conductas desde la adolescencia, no es hasta después de los 18 años cuando se puede establecer el diagnóstico. Asimismo, para adjudicar este diagnóstico es fundamental el cumplimiento de 5 o más de diversos eventos.
Entre estos hechos, figura la presencia de ideas de suicidio e incluso intentos, junto con eventos de automutilación, tales como cortes, daños, golpes, entre otros. Además, está acompañado de un sentimiento constante de vacío, y algo de paranoia ante el estrés.
Asimismo, debes saber que el diagnóstico sólo puede realizarse por un profesional acreditado en el área, tal como un médico psiquiátrico o un psicólogo con una especialización en psicología clínica, y bajo la supervisión de un psiquiatra.
De hecho, aunque la prevalencia de este diagnóstico ha aumentado en los últimos años, dado el impacto que los trastornos de personalidad tienen sobre la vida de los pacientes, los especialistas se cuidan mucho de emitir este dictamen a priori y suelen evaluar durante tiempo prolongado al paciente antes de hacerlo.
Bajo ningún concepto puedes diagnosticarte tú mismo ni a otros.
¿Cuáles son los síntomas del Trastorno Límite de la Personalidad?
Algunos de los síntomas que se presentan en este trastorno, son:
Enormes esfuerzos por evitar ser abandonado, tanto de manera real como un abandono imaginario.
Relaciones personales muy inestables, que van desde el amor profundo muy rápido hasta la desilusión profunda.
Gran inestabilidad en la imagen de sí mismo, tanto de manera física como su concepto como persona.
Conductas impulsivas en al menos dos áreas de riesgo, como el sexo, los gastos, conducción peligrosa, conductas alimentarias insanas. Incluso, engloba aquellas conductas que atentan contra hábitos de vida, tales como sabotear ofertas de trabajo, o acabar con relaciones personales.
Amenazas o intentos de suicidio frecuentes, sobre todo ante la posibilidad de rechazo o abandono. También, se presentan frecuentes eventos de automutilación.
Cambios notables y rápidos del estado de ánimo, que van desde ansiedad, pasando por una alegría intensa o una tristeza profunda que podría confundirse con depresión.
Un sentimiento constante e inevitable de vacío y desesperanza.
Episodios recurrentes de ira y manifestaciones violentas.
Períodos de temor intensos (paranoia) respecto a situaciones como el estrés o ante la posibilidad de perder el contacto con la realidad.
Te recordamos que para el diagnóstico deben presentarse al menos cinco de estos eventos o síntomas que describimos previamente.
¿Cuáles son las causas de este trastorno?
Así como en la mayoría de los trastornos mentales, el determinar causas puntuales resulta complicado. Por lo general, es una combinación de factores que van desde lo hereditario, pasando por eventos y elementos del ambiente y la crianza.
De manera general, la presentación de este trastorno se relaciona con:
La genética
Estudios de la ciencia moderna han demostrado que las probabilidades de presentación de este trastorno aumentan en personas con antecedentes de este u otros tipos de trastornos mentales en la familia.
Anomalía cerebral
Estudios de neuropsicología han demostrado que existen ciertas áreas del cerebro responsables de la regulación emocional, la impulsividad y las conductas agresivas, así como la relación de la química cerebral con los estados de ánimo. En la mayoría de los casos estudiados con trastorno de personalidad límite, se visualizan alteraciones de estos factores.
Ahora bien, en las causas se encuentra un apartado que profesionalmente se conoce como factores de riesgo, que no son más que elementos del medio y la crianza, que han favorecido la presentación del trastorno.
Entre estos, figuran:
Una infancia cargada de estrés
En una gran mayoría de las personas que padecen el trastorno, hay historias de infancias traumáticas, con maltrato físico, mental y/o sexual. También, se presentan en personas con familias inestables, con cambios bruscos y expuestos a conflictos graves, como la guerra.
Una infancia negligente
Por otro lado, muchas de las personas que padecen de este trastorno afirman haber estado expuestos al abandono o la desatención de sus padres, cuidadores o personas con quienes sostenían vinculación emocional.
¿Cómo afecta la vida cotidiana?
Algunas de las complicaciones o implicaciones del trastorno en la vida cotidiana, son:
- Inestabilidad laboral constante.
- Abandono de la educación y formación profesional.
- Relaciones interpersonales conflictivas e interrumpidas.
- Problemas con la ley, al estar involucrado en actividades de riesgo y violentas.
- Daño a uno mismo y hospitalizaciones frecuentes como consecuencia de estas heridas.
- Intentos de suicidio reiterados e incluso el alcance del mismo.
- Embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual, accidentes automovilísticos, consumo de sustancias ilícitas, problemas con dinero.
¿Qué otros trastornos pueden presentarse?
A la par que se padece el trastorno de personalidad límite, puede sufrirse de otros trastornos que por lo general son los primeros en ser diagnosticados y los que eventualmente, dada su presencia constante y otros indicadores, derivan en el diagnóstico del trastorno de personalidad.
Algunas de estos son:
- Trastorno por consumo de sustancias.
- Trastornos alimenticios.
- TDHA
- Depresión.
- Trastornos de ansiedad.
¿Cómo se cura el Trastorno Límite de la Personalidad?
Este trastorno, al igual que todos los que figuran en el eje de los trastornos de personalidad, realmente no tiene cura. De hecho, de este factor es que deviene lo delicado de emitir este diagnóstico en la vida de un paciente.
Sin embargo, se puede vivir y adaptarse saludablemente a la sociedad con un trastorno como este, siempre que se lleve un cuidado constante, bajo la supervisión de un equipo conformado por médico psiquiatra y psicólogo, quienes determinarán las mejores estrategias para el paciente.
En algunos casos, en especial ante la aparición de síntomas ansiosos y otras exacerbaciones, el médico puede determinar que sea necesaria la medicación o un proceso de hospitalización. En cualquier caso, esto es solo bajo opinión profesional y se da en escenarios extremos.
¿Cuándo debo buscar ayuda?
Si has identificado la presencia de algunos de los síntomas antes descritos, tanto en ti como en algún familiar o amigo, es momento de considerar una visita al médico.
Lo recomendable es acudir a un médico psiquiatra y hacerle saber de tu preocupación a algún conocido, familiar o amigo, para que sea un apoyo para ti.
De recibir el diagnóstico, el apoyo de tus seres queridos será fundamental, y si no eres tú quien es diagnosticado, el convertirte en un soporte para quien sí es clave.
Las redes de apoyo colaboran en el proceso de adaptación a la vida con el diagnóstico. Además, son aliados en el proceso de inserción en la sociedad, del entendimiento de los síntomas y del cumplimiento de las recomendaciones profesionales.
Si entre los síntomas que reconoces destaca especialmente las ideas suicidas, las fantasías con hacerte daño o el deseo profundo de acabar con tu vida, ponte en contacto inmediato con el número de emergencia de tu localidad, acércate a alguna persona de confianza y solicita ayuda. ¡No estás solo!