"Un desastre sin precedentes".
Esas palabras utilizó el gobierno de Tonga este martes para describir la situación después de que la violenta erupción del volcán Hunga-Tonga-Hunga-Ha'apai provocara un tsunami el sábado y cortara un cable submarino, aislando la nación insular del mundo exterior.
En su primer comunicado sobre los daños, las autoridades también confirmaron tres muertes: el de dos locales y una ciudadana británica. Se trata de Angela Glover, de 50 años, quien según contaron sus familiares intentaba salvar a sus perros cuando el agua se la llevó.
Por su parte, el coordinador de las Naciones Unidas, Jonathan Veitch, quien se encuentra en Fiyi, le dijo a Radio New Zealand este martes que aún hay áreas sin contactar en el país, conformado por 169 islas repartidas en unos 700.000 kilómetros cuadrados, muchas de ellas elevadas solo unos pocos metros sobre el nivel del mar.
Viven en ellas cerca de 100.000 personas, la mayor parte de ellas en la isla de Tongatapu, al sur del volcán.
Nueva Zelanda ha intentado enviar ayuda pero las cenizas en la pista principal del aeropuerto de la capital han impedido que aterricen los aviones de socorro.
La ministra de Asuntos Exteriores de Nueva Zelanda, Nanaia Mahuta, dijo que "el agua es una de las principales prioridades para Tonga en esta etapa". Las agencias de ayuda dicen que es probable que el polvo volcánico y el tsunami hayan contaminado los suministros de agua.
A más de 10.000 km de distancia de la erupción, dos personas se ahogaron en una playa del norte de Perú.
La policía peruana informó que en la playa conocida como Naylamp, en la provincia de Chiclayo, en el norte del país, dos mujeres fueron superadas por "oleaje anómalo" el sábado y se ahogaron.